Hay amistades que llegan y que, pasado un tiempo, quedan en el pasado. Otras son para siempre y la de Penélope Cruz y Salma Hayek parece ser de estas. Ni el tiempo ni la distancia ha hecho que sus caminos se separen, actualmente su amistad parece ser tan sólida como el primer día que sus caminos se cruzaron.

La profesión que han escogido no es sencilla, pero tanto Penélope Cruz como Salma Hayek han encontrado la forma de demostrar su valía con tiempo, esfuerzo y tesón. También con el apoyo de la otra, porque quién sabe qué habría sido de sus vidas y carreras si no se hubieran encontrado. Sin duda sus caminos habrían sido diferentes.

Penélope se encontraba en un momento de su carrera inmejorable y decidió que era tiempo de probar suerte en Hollywood. Allí fue recibida con los brazos abiertos por una casi desconocida para ella, Salma hacía poco que había tomado la misma decisión que la española, dejar su cerrera en México y probar suerte en Hollywood. Nada mejor que dejarte aconsejar por alguien que sabe lo complicado del camino.

A lo largo del tiempo, ambas han recordado cómo surgió su amistad, como cuando Penélope acudió al programa de Ellen DeGeneres.

“La primera vez que fui a Los Ángeles nosotras no nos conocíamos, solo la conocía por teléfono. Llegué aquí a hacer una película, así que tenía mi pasaje de regreso, venía por dos meses y no conocía a nadie”, revelaba la madrileña sobre ese primer contacto. “Fue increíble que alguien a quien yo no conocía, que conocía solo a través del teléfono, se asegurara de ir a buscarme al aeropuerto y no me dejara irme a un hotel”.

Porque Salma sabía muy bien lo complicados que son los comienzos en una nueva ciudad, donde se habla un idioma que no es el tuyo y donde apenas conoces a nadie, por eso no quiso que Cruz se quedara en un hotel y la llevó a su casa. Esto se demostró una gran idea porque, efectivamente, no fue un momento sencillo para Penélope.

“Terminé durmiendo en su habitación porque tenía miedo, así fue como nos conocimos. Además de todo eso, ella dice que en la mitad de la noche yo le di la mano porque estaba asustada, no lo sé, estaba soñando”.