Las enfermedades son un personaje más de los filmes del director manchego. Así lo ha demostrado el enfermero, graduado en Comunicación Audiovisual y máster en Escritura Creativa por la UCM Aramis Guerrero, que ha elaborado un trabajo final de máster centrado en la aceptación de la enfermedad y cómo influye en la creatividad de las creaciones de Almodóvar. En su documento de investigación, Aceptación y creatividad: la enfermedad en el cine de Pedro Almodóvar, ha certificado “la relevancia de la enfermedad en el cine almodovariano como motor de la trama”, tal como refleja en la siguiente tabla.
Su estudio, seleccionado como mejor TFM en los III Premios a la Investigación del Cine Español, se ha centrado en el análisis pormenorizado del tratamiento creativo de la enfermedad en dos películas: Los abrazos rotos y Dolor y gloria. En un principio, Aramis Guerrero planteó desmenuzar las tres películas “indiscutiblemente médicas”: Todo sobre mi madre, “cuya protagonista es una enfermera de trasplantes a la que se le muere el hijo y donde el VIH está muy presente”; Hable con ella y La piel que habito, en la que el protagonista es Antonio Banderas, un cirujano plástico. Sin embargo, dice, le faltaba “la parte creativa”, por lo que revisionó toda la filmografía de Almodóvar y se dio cuenta de que esas dos películas, Los abrazos rotos y Dolor y gloria, eran las que mejor conectaban “el duelo y la creatividad”. “Es paralela la manera en que la creatividad y la superación personal tienen que ver con la recuperación del duelo”, afirma.
Este enfermero del Hospital Universitario Puerta De Hierro recoge en su trabajo una cita del profesor José Jiménez Lozano que evidencia la clave del éxito del director: “Almodóvar nos cuenta historias profundas porque son humanas. Nos conmueve por su humanidad”. Dentro de esa humanidad tienen cabida las enfermedades que, en una primera etapa del cineasta se eligieron pensando más en el humor, mientras que, de unos años a esta parte, se han tratado en las diferentes tramas las enfermedades con respeto, rigor e, incluso, profundidad en algunos casos.
Cómo se ve reflejado el paciente
“Cómo se vea reflejado un paciente de una de las enfermedades que aparecen en las películas tiene mucho que ver con el momento en el que haya hecho la película. Por ejemplo, Mujeres al borde de un ataque de nervios trata la esquizofrenia y otras patologías psiquiátricas que no se llegan a especificar. El personaje de Julieta Serrano viene de la Clínica López Ibor, que se ha fugado, lleva una pistola y es una cosa delirante, pero el respeto con el que se trabaja en Dolor y gloria no tiene nada que ver”, refleja Aramis Guerrero, que destaca que en su última película, La habitación de al lado, premiada con el León de Oro de Venecia, “se habla de la eutanasia y la muerte digna con el acompañamiento de las amigas en el fallecimiento”.
El autor de este trabajo sostiene que “no creo que nadie se sienta molesto por el punto de vista que Almodóvar dio en la etapa más temprana porque eran comedias“, e incluso dentro de ese género Almodóvar “no maltrata a los pacientes, sino que hay mucho cariño hacia los personajes”. “Aunque no sea un respeto solemne, hace un abordaje muy respetuoso hacia los pacientes”, espeta.
En el caso de Los abrazos rotos, el director aborda con un enfoque ausente de capacitismo la ceguera de Mateo Blanco/Harry Caine (Lluís Homar). El personaje acepta su discapacidad y esa aceptación “no es solamente de la enfermedad, porque a Lluís Homar no le incapacita la ceguera: sigue escribiendo, sigue siendo atractivo, sigue sintiéndose realizado, sino que realmente lo que supera es el duelo por la muerte de Lena (Penélope Cruz)”.
Por su parte, a Salvador Mallo (Antonio Banderas), protagonista de Dolor y gloria, “lo que le para es la muerte de su madre y poco a poco va descubriendo que su madre es muy importante en el encuentro y, cuando recupera el lienzo perdido de Eduardo, el albañil, tiene un cierre de vida, que es lo que le da la posibilidad de personar a su madre y a sí mismo”. “Se produce la aceptación, que es uno de los cinco pilares de la teoría de Kübler-Ross en el proceso del duelo, que son la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación. Es el quinto paso, el final, de cualquier proceso para seguir en el camino”, explica Aramis Guerrero.
Enfermedad: icono de las películas de Almodóvar
Las referencias a enfermedades son un icono más de la filmografía de Almodóvar, como el color rojo, como los personajes alocados y extremos. Sin embargo, la omnipresencia de las patologías ha pasado desapercibida, al parecer, incluso para el propio director y para su hermano.
“Al finalizar la ceremonia, Agustín Almodóvar me dijo que él ni siquiera se había dado cuenta de que su hermano trabajaba tantísimo apoyándose en la enfermedad. No sabía hasta qué punto el propio Pedro Almodóvar era consciente”, confiesa Guerrero.
La evolución del tratamiento que Almodóvar da a la enfermedad tiene mucho que ver con “su proceso vital”, señala el autor del trabajo. “Agustín decía que en Laberinto de pasiones, donde todos tienen traumas, es una locura divertida, cuando ahora, en el proceso de madurez en el que se encuentra Almodóvar, mucho más humano, introspectivo y maduro, es algo mucho más serio y más gris. Hay un progreso en su madurez en cómo él aborda la enfermedad”, sostiene.