Conoce a Nicki Nicole, Luanda y Cazzu, quienes impulsan un cambio positivo al desmantelar la misoginia y la heteronormatividad que prevalece en su cultura.
Pese a que cuando Argentina legalizó el aborto el pasado diciembre aquello se calificara como lo que sin duda fue algo histórico y una gran victoria progresista, pero aún queda mucho por hacer en un país que sigue luchando contra la violencia machista. Especialmente en el ámbito de los géneros musicales tradicionalmente masculinos, son muches les artistas que se han puesto manos a la obra para acabar con la misoginia que sigue impregnando su cultura. Nicki Nicole, Luanda y Cazzu son solo algunas de las voces que buscan cambiar las cosas.
Nicki Nicole, 20 años, Rosario
Lo ha hecho imbuyendo a su música de un fuerte sentido de sí misma. ‘He aprendido a saber realmente quién soy’, dice. Recientemente, se unió al artista dominicano Rochy RD y al rapero puertorriqueño Myke Towers en el remix de Ella No Es Tuya, en el que los chicos rapean sobre un hombre que se ha enamorado de una mujer que no se compromete con él. Nicki tenía una perspectiva específica que quería enfatizar: ‘Ella no pertenece a nadie; las mujeres no pertenecen a nadie’, dice.
En Argentina, la violencia contra las mujeres va en aumento, y los feminicidios alcanzan un máximo de 10 años durante el encierro. Nicki espera lanzar un álbum este año y quiere seguir empoderando a las mujeres mientras resalta sus realidades. Ella nota que el miedo constante bajo el que viven muchas mujeres se refleja en todas partes. El otro día, vio una publicación de Instagram preguntando qué haría la gente si el sexo opuesto no existiera. ‘Los hombres publicaron cosas como: Caminaría desnudo’, dice. Las respuestas de las mujeres fueron escalofriantes. ‘Escribieron: Saldría a las 4 de la mañana sin estar aterrorizada’, agrega. ‘La realidad es dura, y es que nos están matando simplemente por ser nosotras mismas. Esto tiene que cambiar.’
Luanda, 26, Buenos Aires
En la canción ‘de ak-á’, Luanda pinta un retrato de la marginalización y el escepticismo que enfrentan los negros en Argentina a través de unos pocos versos rápidos y cáusticos. ‘Miran y miran, quieren tocar mis rizos / Yo digo que no y empiezan a hacer preguntas: ¿De dónde es tu papá? ¿De dónde es tu mamá?’. Sigue una línea desgarradora: ‘Desaparecimos de la historia y no es una coincidencia.’
La letra tiene un gran impacto, al igual que los ritmos de la diáspora africana incrustados en la producción. Luanda, que se identifica como no binarie y usa los pronombres ‘elle’, creció cantando y tocando el bajo, la guitarra, la batería, el piano, el violín y la flauta. Ahora, utilizan la música como un arma contundente para desmantelar la anti-negritud, que a menudo pasa desapercibida en Argentina. ‘Con el asesinato de George Floyd, está de moda hablar de racismo, pero muchas veces se trata como un problema en Estados Unidos [y] Brasil, pero no aquí’. Luanda ha notado que la falta de respeto por la cultura negra se filtra en la escena del trap del país, donde no es raro ver a artistas blancos apropiándose de los sonidos y la estética de las comunidades negras y dejando caer la palabra n. ‘Yo digo que este país puede ser realmente colonial, y el trap también puede ser súper colonial.’
En la canción ‘paqui no’, reprenden las normas de género y la heteronormatividad. ‘Obviamente, el espacio del hip-hop está lleno de machismo, es binario y perpetúa muchas cosas. Hay tanta gente que ni siquiera puede pronunciar mis pronombres correctamente. [Para ellos], no eres nada’. Aún así, Luanda se niega a permitir que eso se interponga en el camino de hacer música que desafíe las convenciones. Están trabajando en un álbum profundamente personal que se lanzará en Goza Records a finales de este año. ‘Puede ser un poco difícil vivir en contradicciones’, dice Luanda. Pero su música las representa de principio a fin.
Cazzu, 27, Fraile Pintado
Al comienzo de su carrera, Cazzu era una de las pocas mujeres en la escena del trap en Argentina y dice que tenía que ser valiente, incluso intimidante, para crear un espacio para ella y las demás. ‘Tuvimos que asustarlos’, dice. ‘No te ven como una mujer fuerte de todos modos, te ven como una loca… Así que dices ‘Está bien, entonces no te metas conmigo porque realmente estoy loca’. El enfoque valió la pena: Cazzu es ahora una de las caras más reconocidas del trap latino y le emociona que más mujeres la hayan seguido. ‘Es un alivio que yo sea la loca y que la carga no recaiga sobre las que vinieron después.’
Quedan batallas. Cazzu una vez se sintió frustrada porque las entregas de premios otorgaron premios a la ‘Mejor artista femenina’ mientras colocaban a los hombres en categorías generales. Sin embargo, cuando surgieron algunas categorías de ‘Mejores artistas masculinos’ para igualar las cosas, surgió otro problema. ‘Dejamos totalmente fuera a las personas no binarias que no se ven a sí mismas en ningún sexo’, dice Cazzu. La lucha para acabar con la misoginia también tiene que incluir a la comunidad LGBTQ +, y Cazzu quiere asegurarse que se sientan incluidos en su música. ‘Aquí, siempre tendrán espacio.’
El progreso ha sido lento. Cazzu solía actuar con un pañuelo verde, símbolo de los derechos de las mujeres en América Latina y el Caribe. Cuando se legalizó el aborto en Argentina, Cazzu celebró la noticia en Instagram, pero cree que nunca dejará de denunciar los sistemas patriarcales. ‘En cientos de años, tal vez logremos [la igualdad], pero hasta entonces, mi música siempre estará a cargo de estos problemas, incluso si molesta a la gente.’