La enigmática actriz y embajadora de Chanel comparte sus sueños pasados, proyectos recientes y planes futuros mientras entra en una nueva década de su vida.

Penélope Cruz siempre soñó con ser la fallecida y gran actriz Anouk Aimée en el drama romántico de 1966 Un homme et une femme (Un hombre y una mujer), dirigido por el destacado cineasta francés Claude Lelouch. “El look de Anouk me atraía, su elegancia y su estilo atemporal”, dice Cruz sobre el legendario papel de Aimée en la película de la Nueva Ola. Sin embargo, Cruz se convirtió en un ícono internacional reconocido por derecho propio y en la musa del premiado director español Pedro Almodóvar.

Así que fue el destino, cuando Chanel eligió a Cruz—quien es una de las embajadoras de la marca—para un anuncio basado precisamente en esta película el año pasado, permitiéndole finalmente ingresar al mundo de Lelouch, junto a Brad Pitt, cuyo papel fue originalmente interpretado por el actor francés Jean-Louis Trintignant. El corto, que es un homenaje a un bolso icónico y fue dirigido por el dúo fotográfico Inez & Vinoodh, presentó el desfile de la colección prêt-à-porter otoño/invierno 2024/2025 de la marca de lujo y captura el comienzo de una historia de amor ambientada en Deauville, Francia, un lugar querido por la casa y la inspiración detrás de la colección. Mientras rodaban en el lugar, la famosa pareja solo tenía una palabra en la boca. “Succession”, dice Cruz con una sonrisa. “No hablaba de nada más con Brad. Él ya había terminado de verla antes que yo, así que tenía que concentrarse mucho para no hacerme un spoiler. Pasamos mucho tiempo analizando a cada personaje.”

Desde 2018, cuando asumió el papel de Donatella Versace en American Crime Story: The Assassination of Gianni Versace de Ryan Murphy, Cruz ha estado alternando entre la pantalla pequeña y la grande. Su esposo, Javier Bardem, también colaboró con el famoso productor para Monsters: The Story of Lyle and Erik Menendez, que ya está disponible en Netflix. “Pude ver el programa [antes de que saliera], y, honestamente, esta es una de las mejores cosas que Javier ha hecho”, exclama Cruz, quien está casada con el actor desde 2010.

Sin embargo, a pesar de su transición exitosa, el corazón de Cruz sigue en el cine. El próximo otoño, será la protagonista de The Bride!, dirigida por Maggie Gyllenhaal y basada en The Bride of Frankenstein, junto a Jake Gyllenhaal, Christian Bale, Jessie Buckley y Annette Bening. “Esta [película] fue una experiencia realmente diferente [porque interpreté] a un personaje que es muy distinto a todo lo que he hecho en inglés”, dice. “Creo que va a ser una gran película, así que realmente estoy deseando verla”. También fundó una productora, Moonlyon, en 2022 y actualmente está en preproducción de una adaptación de la novela The Days of Abandonment de la escritora Elena Ferrante, una de sus novelas favoritas y por la que estaba decidida a obtener los derechos. Actualmente, sin embargo, está editando un documental que dirigió y produjo, pero se mantiene reservada sobre los detalles. “Desafortunadamente, aún no puedo decirles de qué se trata, pero realmente estoy deseando compartirlo cuando lo termine”, dice.

La madre de dos también tiene aspiraciones teatrales, pero eso es algo en lo que está pensando para más adelante. “Cuando mis hijos crezcan, probablemente me gustaría volver al teatro”, dice. “Actué en el escenario cuando era estudiante, pero nunca de forma profesional.” En esa época, solía estar a menudo sumergida en libros de J. D. Salinger o Truman Capote, y le encantaba perderse en los clásicos del teatro. Sin embargo, fue el cine lo que llamó a Cruz desde su adolescencia, a pesar de los años de formación en danza clásica, la otra disciplina artística que consideraba como carrera. “Tenía mucha energía, y [la danza] me ayudaba a canalizarla”, explica. “Fue bueno no solo para mi cuerpo, sino también, y sobre todo, para mi espíritu. Y luego descubrí ‘el séptimo arte’ en un Betamax que teníamos en casa, porque no había cine cerca de nosotros.” Así que fue en casa donde experimentó por primera vez a Federico Fellini, se enamoró de Meryl Streep y Billy Wilder y se encerró para ver películas en bucle en lugar de salir con sus amigas. “Si me encontraba con una película de Almodóvar que no conocía, la veía 10 veces. Estudiaba las técnicas de los actores y analizaba todo en detalle.”

Inmediatamente sintió una conexión “sobrenatural” con el director y supo que tenía que conocerlo. Sus instintos fueron acertados. “Cuando nos conocimos por primera vez, supe que tenía razón”, dice Cruz. “Había algo muy real, como si ya nos conociéramos. Era como ver a un viejo amigo nuevamente. Hay una comunicación tan buena entre Pedro y yo, y solo se fortalece con el tiempo.” Cruz conoció al director cuando tenía solo 18 años y él la llamó para preguntarle si se encontraría con él para hablar sobre un próximo papel. Finalmente, escribió un personaje especialmente para ella en su película de 1997, Live Flesh, lo que dio inicio a una amistad y colaboración de toda la vida. “[Nuestra relación] es algo que no se puede forzar”, dice. “Simplemente sucedió, y nos hicimos muy buenos amigos. He crecido con él. Ha estado en mi vida desde que era una adolescente, así que es más que una relación profesional; es familia. Es una de las personas más especiales que conozco. Es único, fascinante. Y su cine es fascinante porque él, como persona, es tan increíble y especial.”

Cruz ha rodado siete películas con Almodóvar, y en seis de ellas interpretó a una madre o a una mujer embarazada. “¡Interpreté a madres antes de convertirme en una yo misma!” exclama. “Pedro me conoce tan bien que había adivinado que mi instinto maternal ya estaba muy desarrollado. Siempre me ha encantado eso, pero ahora que tengo hijos, entiendo mucho mejor ciertas situaciones o sentimientos.”

La actriz, que celebró su 50 cumpleaños este pasado mes de abril en una fiesta con una lista de invitados de lujo—que incluyó a Salma Hayek, Ricky Martin, Maggie Gyllenhaal, Robert De Niro, Adam Driver y Matt Damon—está recibiendo esta nueva década con los brazos abiertos. “Es la edad perfecta [para] hacer un balance de lo que has hecho y lo que quieres lograr”, dice. “Este es el comienzo de la segunda mitad de mi vida. En este momento, tengo esta fantasía de vivir hasta al menos 100 años.” Para ayudar a llegar allí, Cruz ha adoptado un estilo de vida disciplinado: nada de alcohol, nada de cigarrillos, una dieta saludable y ejercicio. Y lee muchos libros sobre nutrición y medicina. “Es importante tratar de protegerse de esta manera—hacer todo lo posible [para estar saludable]—incluso si no sabes lo que va a suceder en el futuro”, dice. “Quiero poder ver lo que mis hijos hacen a medida que crecen y ver cómo es su vida.” También admite un cambio en su estilo de vida desde que se convirtió en madre. “Tienes que levantarte temprano todos los días—¡no tengo el lujo de quedarme en la cama!” dice. “Pero no me puedo quejar; estoy en buena salud. Mucho mejor que cuando tenía 20 años. La experiencia trae respuestas, y eso es una bendición.”

Cruz está extremadamente centrada, y atribuye esto al hecho de haber mantenido amistades desde su infancia—vínculos fuertes que han sido constantes a lo largo de su vida. “Es el mismo grupo desde la adolescencia,” dice. “Mis amigos han tenido un impacto real en mi vida. Puedo contar con ellos, y siempre han sido leales y fieles.”

Mirando hacia atrás en más de 70 películas en su carrera de 30 años, Cruz puede señalar con precisión lo que la impulsa: el trabajo en equipo. “Cada rodaje es diferente porque los equipos cambian,” dice. “El director marca el tono, y si tienes suerte, te vas a encontrar con alguien que respeta a cada persona en el set y va a destacar el objetivo común. No podemos hacer una película solos, así que solo cuando trabajamos juntos podemos hacer un buen trabajo.”

¿Y hay algún papel soñado que le gustaría poner en el universo? “Me encantaría trabajar con Justine Triet,” dice Cruz. “Anatomy of a Fall es una obra maestra.” Cruzamos los dedos.