Penélope Cruz, icono de estilo y embajadora de Chanel desde 2019, ha vuelto a acaparar todas las miradas. Esta vez, la actriz ha viajado hasta Hong Kong, China, acompañada del presidente de moda de la casa Chanel, Bruno Pavlovsky, para asistir al desfile Crucero 2024-2025 de la firma francesa. En esta nueva aparición, Cruz reafirma su conexión con la maison, disipando así los rumores que se habían desatado tras su reciente aparición en Nueva York con un vestido que algunos interpretaron como un guiño hacia otros diseñadores.
Este desfile no es solo cualquier presentación de moda. Se trata de una reproducción del espectáculo original que Chanel realizó la pasada primavera en Marsella, en la icónica Cité Radieuse de Le Corbusier. El evento, una celebración del lujo francés, vuelve a deslumbrar ahora en Asia, subrayando la visión global de la marca y su interés en el creciente mercado asiático.

En Hong Kong, Cruz optó por un traje de tweed decorado con flecos y delicadas plumas, una pieza que honra la esencia de Chanel, marcando un toque de modernidad. Como es costumbre, la actriz lució este diseño con naturalidad y sofisticación, recordando por qué sigue siendo una de las embajadoras más queridas de la firma. La presencia de Pavlovsky junto a ella en primera fila refuerza la importancia de esta relación que, más allá de una colaboración comercial, ha consolidado a Cruz como una de las musas contemporáneas de Chanel.
Penélope Cruz ha llevado con orgullo los diseños de la marca francesa en eventos de gran relevancia, convirtiendo piezas como el clásico ‘tweed’, los botones joya y los trajes de chaqueta en símbolos de su estilo. Hoy, su compromiso con Chanel sigue siendo indiscutible y su presencia en Hong Kong, al lado de Pavlovsky, es prueba de que su vínculo con la maison va más allá de la moda: es un sello de identidad y una declaración de lealtad a la elegancia y al legado de Coco Chanel.