Después de dejar atrás dos grandes sagas, ‘Los Juegos del Hambre’ y ‘X-Men’, para centrarse en películas indies, Jennifer Lawrence, ya con 26 años cumplidos, vuelve al blockbuster con ‘Passengers’ junto a otro de los rostros más taquilleros de Hollywood: Chris Pratt. FOTOGRAMAS se sienta con la actriz para hablar del legado de Katniss, vivir rodeada de flashes y dar sus impresiones sobre Javier Bardem y Penélope Cruz.
Jennifer Lawrence
El mundo se divide entre dos clases de personas: las que teclean los mensajes en su móvil con los dos pulgares, y las que lo hacen con sólo uno y la ayuda del dedo índice. A los fans de Jennifer Lawrence (Louisville, Kentucky, 1990) les gustará saber que la actriz cae en la segunda categoría. “A mucha gente le parece raro, pero no puedo ni imaginar hacerlo de la otra forma”, dice a FOTOGRAMAS sin soltar el móvil, ni dejar de mirar su pantalla. “Los pulgares son demasiado gordos”, razona. Lawrence aparta, por fin, el teléfono y lo hunde debajo de su muslo, contra la butaca donde se remueve inquieta a lo largo de toda la entrevista. “Estoy histérica, he tomado mucho café”, nos confesará después. La cafeína intenta hacer más llevadera la promoción de ‘Passengers’ , un sci-fi dirigido por Morten Tyldum (‘The Imitation Game’) que la pone en órbita junto a otra estrella, Chris Pratt.
En ‘Passengers’ interpreta a una periodista. Supongo que la preparación le habrá sido bastante fácil…
Llevo diez años estudiándoos, así que no ha sido difícil. Hay cosas que ya sabía, como ser directo con las preguntas, o inclinarte hacia delante para que el entrevistado siga hablando…
Puede interpretar lo que le plazca. ¿Por qué esta periodista?
Porque me encantó la historia. Me pareció valiente e inquietante que su protagonista tome una decisión con la que mucha gente pueda no estar de acuerdo. Para mí era importante que la película no pretendiera dar lecciones al espectador, y creo que cada uno va a salir del cine con su propia opinión.
¿Echaba de menos las grandes producciones?
Tuve que leer el guión un par de veces antes de aceptarlo, porque cada año me hago la misma promesa: no más superproducciones, nada de grandes películas, ni grandes estudios, ni toda esta mierda. Sólo películas independientes. Entonces me cae en las manos algo así y digo: Mmm, bueeeno, haré esta (ríe).
¿Pesaba en la decisión el adiós a la saga de ‘Los Juegos del Hambre’?
No huyo de las sagas, porque fue una experiencia increíble y volvería a repetirla. Estoy muy orgullosa de esos films. Mi gran temor era que la gente sólo me recordara por ellas, pero me hace feliz que la gente me recuerde como Katniss. He aprendido mucho y he conocido a algunos de mis mejores amigos durante esta experiencia. No podría estar más contenta.
Jennifer Lawrence, como la Katniss Everdeen de ’Los juegos del hambre’
DOBLE ESPONTANEIDAD
Por si el gancho de Lawrence, con un Oscar y un par de sagas en su haber, no fuera suficiente, ‘Passengers’ la une con otro imán de la taquilla: Chris Pratt. El actor ha pasado de la noche a la mañana a liderar dos de las franquicias más rentables de Hollywood: ‘Jurassic World’ y ‘Guardianes de la Galaxia’.
Algo que le une con Chris Pratt es la espontaneidad que muestran ante las cámaras.
Es un cumplido que me compare con él. Le adoro. Es increíblemente profesional y aporta alegría en el plató. Incluso a las 4 de la madrugada, cuando todo el mundo está agotado.
¿Cuesta más ceñirse al guión con alguien tan divertido?
No improvisamos tanto como me hubiera gustado. Teníamos límites, porque su personaje es muy diferente. Chris está muy seguro de sí mismo, tiene mano con la gente, te hace reír. Y Jim, su papel en ‘Passengers’, actúa como si nunca hubiera hablado con una mujer. Es frágil y tímido. Si hubiéramos improvisado, nos habríamos salido del guión y también de los personajes.
Es sorprendente como, a pesar de su juventud, ha sobrevivido a Hollywood con mucha entereza. ¿Cómo lo ha logrado?
Nunca me he sentido aplastada por Hollywood. Cuando pasan cosas que no me gustan, me enfado con la situación, no conmigo misma. No pienso que soy yo quien tiene un problema si dicen que estoy gorda o loca. Pero esto se debe a que soy muy tozuda. Y también tiene que ver con haber bloqueado muchas cosas. Tengo grandes amigos, familia, y esta constelación a mi alrededor me protege. Cuando la gente hace cosas raras, considero que son ellos quienes tienen un problema. No yo.
¿Siente la presión de ser una influencia para sus fans?
Tú no eliges ser un modelo para nadie. Simplemente, es algo que te corresponde por tu trabajo, y tienes que ser consciente de ello. Sé que hay chicas que observan cada detalle de lo que digo, lo que hago y lo que me pongo. Así que es importante saber las consecuencias de tu papel en este mundo.
UNA CHICA DE (POCA) ACCIÓN
Otra consecuencia de la fama es la pérdida de privacidad. Ha confesado, en una entrevista reciente a la edición USA de la revista Vanity Fair, que siente que debe protegerla. “Un error común”, decía, es que la gente me aborda como si me conociera. Pero, para mí, son perfectos extraños, lo que hace que me sienta intimidada”. Es fácil percibir ese halo de protección mientras se balancea en su butaca y mira al infinito al responder.
En ‘Passengers’ está dentro de una burbuja de agua en una escena muy agobiante. ¿Cómo lo vivió?
Rodarla fue muy dura… para mi doble (ríe). Tragué mucha agua. Estuve en un tanque 14 horas al día, y fue agotador.
¿Ha sido lo más duro que ha hecho nunca?
Diría que sí, pero ahora estoy en otro espacio mental. Odio las escenas de acción. En ‘Los Juegos del Hambre’ sentía que tenía cosas que demostrar. Era joven y quería hacer yo misma todas las escenas peligrosas. Ahora… ¡ni de coña! Les digo: “Oye, yo me voy a comer y vosotros ya os encargáis de todo esto.” Quizá estas escenas me parecen más difíciles ahora porque las aborrezco.
¿No hace ni siquiera deporte?
Sí lo hago. Pero algunas escenas de acción son terroríficas. Si hay algo que odio profundamente es que me echen un chorro de aire en la cara. No pregunte (ríe). Mi doble se partía de risa. Pero, para ella, es su mundo y lo conoce a la perfección. Yo llego al plató y me dicen: “Habrá una explosión, se abrirá un chorro de aire y saltarás unos metros por los aires.” Pratt grita: “¡Genial!” Y yo digo: “¿¡¿Que qué?!? ¡Ni loca!” (ríe).
LAS RAZONES DE UNA ELECCIÓN
Lejos queda esa chica adolescente que, a los 14 años, insistió a sus padres que quería ser actriz. Con sus ahorros se plantó en Nueva York donde empezaron a salirle sus primeros trabajos en TV hasta la nominación al Oscar por ‘Winter’s Bones’ (D. Granik, 2010). Hoy, Lawrence ha tomado el control de su carrera para trabajar sólo en lo que realmente le gusta.
¿Qué busca en sus trabajos?
Depende. Hay películas en las que sólo miro la historia: si es interesante, si engancha, si me gustaría ir a verla. Y luego hay directores con los que quiero trabajar a toda costa. Como David O. Russell, que es un genio y no me importa lo que me dé. Si me pide que haga de bolsa de basura, lo haré. Si puedo contribuir a su arte, lo haré sin pensármelo dos veces. O cuando oí que Darren Aronosfky preparaba una película. Me lancé a ella porque quería trabajar con él. A veces es el director, y, en otras ocasiones, lo que se cuenta.
Por cierto, la nueva película de Aronosfky le ha llevado también a trabajar con Javier Bardem. ¿Qué tal la experiencia?
Genial. Tiene un talento extraordinario. Y es todo un caballero. Y Penélope es lo más bello que he visto en mi vida. Ya no sólo en lo que respecta a la raza humana: lo más bello de todo.
Penélope Cruz
¿No cree que le faltan comedias en su filmografía?
Me encantaría hacerlas, pero no he leído ninguna que me gustara. Espero que el proyecto que tengo con Amy Schumer me dé la oportunidad de brillar en una. No se cuándo, ni tan sólo si será posible rodarla. Tenemos las agendas llenas y nos cuesta encontrar hueco. Pero Amy es una gran guionista, y eso me sobra y me basta para saber que quiero trabajar con ella.
Ha dicho usted que le gustaría producir y dirigir.
No quería decir eso. Algún día sí me gustaría dirigir, pero producir… eso no me gusta nada. Es una suma de todas las partes aburridas de mi trabajo con ninguno de sus beneficios.
¿Y qué clase de directora cree que sería usted?
Stanley Kubrick (ríe a carcajadas). Es broma. ¡No lo sé! Me da un poco de vértigo pensar en ello ahora mismo.
En uno de sus próximos proyectos encarnará a Zelda Fitzgerald, a las órdenes de Ron Howard, y parece que no va a ser la única. Scarlett Johansson hará lo mismo en otra película.
¡Voy a tener un duelo de Zeldas con Scarlett! Estrenaremos las dos películas el mismo día… ¡y a ver quién gana (ríe)! No sabía que había otro proyecto, y, cuando me enteré, pensé: “Mierda, quizá abrimos la boca demasiado pronto.”
¿Cree que va a ser bueno o malo para ambos proyectos?
Será un poco raro para todos.