El sabor de sus raíces la llevó a la cima: Thalía Barrios, la joven chef oaxaqueña que conquistó una estrella Michelin con las recetas de su abuela
Oaxaca, 17 de enero de 2025 — En medio del corazón de Oaxaca, donde los sabores ancestrales aún se cocinan con amor y paciencia, una joven chef está cambiando la forma en que el mundo ve la cocina tradicional mexicana. Thalía Barrios García, originaria de San Mateo Yucuntindoó y de apenas 28 años, ha logrado lo que pocos imaginaban: ganar una estrella Michelin y ser reconocida como la Mejor Chef Joven de México 2024. ¿Su secreto? Las recetas de su infancia, los consejos de su abuela, y un profundo respeto por su tierra.
🌽 La cocina como herencia: un legado familiar que hoy brilla con luz propia
Al entrar al restaurante Levadura de Olla, lo primero que recibe a los visitantes no es la decoración ni los meseros, sino un abrazo de aromas que transportan a la cocina de una abuela mexicana. Moles espesos, salsas calientes, pipianes verdes y rojos que burbujean como si contaran secretos antiguos… todo esto bajo la mirada atenta de Thalía, quien no se despega de los fogones.
“Una cocinera es todo lo que ha comido en su vida”, dice con orgullo. Y es precisamente esa filosofía la que ha marcado cada uno de sus platos. No se trata de copiar técnicas europeas o modernizar por modernizar. Se trata de cocinar desde la memoria, desde el alma, con el corazón puesto en cada ingrediente.
🏅 De un pueblo pequeño a la élite gastronómica mundial
Thalía nació en un pueblo pequeño de la Sierra Sur de Oaxaca, donde las cocinas se calientan con leña y el maíz es más que un alimento: es cultura, es historia, es vida. Aprendió desde niña a preparar tortillas, a moler chile en metate, a respetar el maíz nativo y a escuchar a su abuela hablar con cariño de cada platillo que preparaba.
Hoy, esa niña es una estrella en ascenso en el universo culinario. La prestigiosa Guía Michelin le otorgó una estrella por su compromiso con la autenticidad, la excelencia en sabores y su capacidad para elevar lo tradicional a un nivel internacional. Pero lejos de dejarse llevar por los reflectores, Thalía sigue fiel a sus raíces.
“No quiero olvidarme nunca de quién soy ni de dónde vengo”, afirma. “Mi cocina no es fusión, es tradición con respeto, es Oaxaca en su esencia pura”.
🍴 Levadura de Olla: el altar de los sabores oaxaqueños
Su restaurante, Levadura de Olla, se ha convertido en un santuario para los amantes de la comida mexicana auténtica. Ubicado en el centro de Oaxaca, el lugar mezcla lo rústico con lo contemporáneo, y cada platillo cuenta una historia.
Aquí no encontrarás menús en francés ni técnicas de nitrógeno líquido. En cambio, vivirás una experiencia sensorial basada en maíces criollos, quelites, chapulines, caldos que curan el alma y postres hechos con amaranto, cacao y recuerdos.
Cada elemento en la cocina de Thalía tiene un propósito: rescatar, reivindicar y celebrar la riqueza de la cultura oaxaqueña. Por eso, muchos la llaman “la voz nueva de la cocina tradicional mexicana”.
👩🍳 Un premio con sabor a comunidad
Cuando recibió el premio a Mejor Chef Joven de México 2024, Thalía no lo dedicó a sí misma, sino a su gente:
“Este reconocimiento es para mi abuela, para mi mamá, para las mujeres de mi pueblo que cocinan con el alma y a quienes el mundo casi nunca ve. Yo solo soy un puente entre ellas y quienes hoy tienen el privilegio de probar nuestra comida.”
Con ese mensaje, tocó los corazones de miles y dejó claro que su éxito no es individual, sino colectivo. Thalía está demostrando que se puede llegar lejos sin renunciar a los orígenes, y que una tortilla bien hecha puede tener tanto valor como un platillo de alta cocina francesa.
🌎 Un futuro prometedor… pero con los pies en la tierra
Thalía Barrios no busca abrir cadenas de restaurantes ni volverse una celebridad de televisión. Su sueño es seguir enseñando, formando a nuevas generaciones de cocineras y cocineros, y seguir luchando por el respeto al campo mexicano y a las tradiciones culinarias indígenas.
“La cocina es un acto de amor, pero también de resistencia”, dice. Y ella, con cada platillo, resiste el olvido, la homogenización y la pérdida de identidad.
Desde un pequeño rincón en Oaxaca, Thalía está cocinando un cambio. Y ese cambio sabe a mole, a tortillas recién hechas, y a abuela orgullosa.