A sus 81 años y con una vida llena de aplausos, giras, reconocimientos y amores, decidió hablar.
Y lo que dijo.dejó al mundo sin aliento.Todo ocurrió durante una entrevista íntima, alejada de los reflectores habituales, en la que el maestro parecía distinto.
No solo físicamente, sino espiritualmente.
Con una mirada profunda y una voz cargada de emoción, comenzó diciendo: “Antes de partir de este mundo, necesito sacar esto de mi pecho.
No quiero seguir cargando con esto en silencio”.
Lo que vino después fue una de las confesiones más fuertes jamás escuchadas de parte de una leyenda musical.
Oscar D’León admitió que durante más de tres décadas llevó una doble vida.
Mientras su imagen pública era la de un ídolo carismático, alegre y familiar, su vida privada era un torbellino de contradicciones, decisiones que aún hoy lo persiguen y secretos que nunca imaginamos.
“Tuve una familia oculta”, confesó.
Así, sin rodeos.
“Amo profundamente a mis hijos, a los que todos conocen.
Pero también hay otros… que nunca quise exponer, por miedo, por presión, por cobardía.
” Nadie se lo esperaba.
La confesión cayó como una bomba en el mundo del espectáculo y la salsa.
Oscar reveló que durante años mantuvo una relación paralela con una mujer que jamás apareció en cámaras, con quien tuvo dos hijos a los que apoyó económicamente, pero jamás reconoció públicamente.
“Me duele, porque ellos merecían más que dinero.
Merecían un padre completo, no un fantasma.
” El silencio en el set era absoluto.
Nadie podía creer lo que escuchaban.
El mismo Oscar que cantaba “Detalles” y “Llorarás” con el alma, ahora lloraba de verdad, sin música, sin público, sin cortinas.
Pero la revelación no terminó ahí.
Lo más impactante aún estaba por llegar.
Oscar confesó que su mayor arrepentimiento no era haber ocultado a su otra familia… sino haberse dejado consumir por la adicción al poder, al ego, al aplauso.
“Yo fui adicto a la fama.
Y esa adicción me robó cosas que no puedo recuperar: momentos, abrazos, perdones.
También contó que en los años 90 cayó en una profunda depresión, justo cuando estaba en la cima.
“Me miraba al espejo y no sabía quién era.
Era el salsero más exitoso del momento, pero me sentía vacío.
” Fue entonces cuando empezó a alejarse de los escenarios por lapsos prolongados, justificando todo con “proyectos personales”, cuando en realidad, se estaba desmoronando por dentro.
Con voz entrecortada, dijo que incluso pensó en alejarse para siempre de la música.
“Estuve a punto de retirarme.
De desaparecer sin explicación.