A los 53 años, fue encontrado sin vida uno de los hombres más significativos en su vida: su exmánager y expareja sentimental, Ernesto “Neto” Ramírez, figura clave durante sus años de gloria con el grupo Límite y en su carrera como solista.
La noticia fue confirmada por fuentes cercanas a la familia y ha provocado una ola de reacciones entre fanáticos, colegas y medios de comunicación.
Ernesto, quien durante más de una década fue considerado no solo el cerebro estratégico detrás del éxito de Alicia, sino también su apoyo más firme en lo emocional, fue hallado en su departamento en Monterrey en condiciones que las autoridades han calificado como “sospechosas pero sin signos de violencia evidente”.
Lo más impactante es que llevaba días sin responder llamadas ni mensajes, lo que llevó a amigos cercanos a alertar a las autoridades.
El hallazgo fue tan sorpresivo como perturbador.
Según los primeros reportes, en el lugar se encontraron documentos personales en orden, un teléfono celular desconectado y una carta manuscrita que ha sido asegurada por la fiscalía para su análisis.
Aunque aún no se ha confirmado oficialmente que se trate de una carta de despedida, el contenido preliminar apunta a conflictos emocionales severos y un agotamiento mental que habría venido arrastrando desde hace años.
Para Alicia Villarreal, la noticia fue como una puñalada al corazón.
Fuentes anónimas aseguran que al enterarse de la muerte de Ernesto, rompió en llanto y se encerró en su casa, suspendiendo toda actividad profesional.
Y aunque en los últimos años ya no mantenían una relación cercana, lo cierto es que lo que vivieron juntos dejó una huella imborrable.
“Él fue parte de mi historia, de mis inicios, de mis logros… y también de mis heridas”, dijo la cantante en un breve comunicado publicado en sus redes.
Los fanáticos rápidamente comenzaron a compartir fotos y videos antiguos donde se les veía juntos en giras, entrevistas y momentos personales.
La nostalgia invadió las redes, y muchos comenzaron a recordar que, aunque su relación fue intensa y en ocasiones conflictiva, también fue clave en la formación de la artista que Alicia es hoy.
Las preguntas no han dejado de surgir: ¿qué llevó a Ernesto a este punto? ¿Qué decía exactamente esa carta? ¿Tenía contacto reciente con Alicia o con otros colegas del medio? Lo cierto es que, aunque su figura había desaparecido poco a poco del ojo público, su influencia detrás de bambalinas seguía presente, especialmente en proyectos musicales de artistas emergentes en el norte del país.
Amigos cercanos han declarado que Ernesto estaba pasando por un periodo de profunda soledad, agravado por problemas económicos y un aislamiento emocional que venía desde la pandemia.
Muchos se preguntan ahora si hubo señales que pasaron desapercibidas, si alguien pudo haber hecho algo, si ese mensaje final que dejó esconde más verdades de las que se están dispuestos a aceptar públicamente.
Mientras tanto, Alicia Villarreal ha pedido respeto y privacidad, pero también ha dejado entrever que pronto compartirá algo más personal sobre este momento devastador.
“Hay cosas que solo el alma entiende.
Y hay dolores que nunca se superan, solo se aprenden a cargar”, publicó en sus historias.
La muerte de Ernesto Ramírez no solo marca el final de una vida que, pese a su importancia en la industria, fue vivida casi en silencio.
También nos recuerda que detrás de cada figura pública, hay historias privadas que rara vez salen a la luz.
Hoy, México despide a un hombre que, sin estar frente al micrófono, ayudó a construir parte del legado musical más importante de las últimas décadas.
Y lo hace con una tristeza que cala hondo, no solo por cómo murió… sino por todo lo que quedó sin decir.