Durante más de tres décadas, María Elena Salinas fue el rostro y la voz que informó, cuestionó y dio esperanza a millones de latinos.
Entrevistó a presidentes, dictadores y artistas, y ganó premios que consagraron su trayectoria. Pero tras la sonrisa en cámara, vivía un desgaste profundo: un divorcio devastador, cambios editoriales que no compartía y una relación profesional tensa con Jorge Ramos marcada por egos y visiones opuestas del periodismo.
“Perdí la pasión, me estaba apagando por dentro”, confiesa. Su salida de Univisión no fue un retiro cómodo, sino una decisión para proteger su voz y su integridad.
Lo hizo sin escándalos, pero con la misma fuerza con la que cubrió guerras y terremotos.
Tras reinventarse en ABC News, celebrar sus 70 años con una fiesta icónica y mostrarse en bikini sin filtros, Salinas abraza una nueva etapa: su podcast, nuevos proyectos y el compromiso intacto de abrir caminos a las próximas generaciones. “Mi única lealtad es con la gente. Mientras tenga voz, la voy a usar para derribar muros”, afirma.