En cuestión de horas, el ambiente detrás de cámaras en Telemundo pasó de la cordialidad televisiva a un huracán de rumores y filtraciones. Chiqui Bombom, una de las figuras más carismáticas y polémicas del canal, lanzó unas declaraciones en vivo desde República Dominicana que no solo confirmaron lo que muchos sospechaban, sino que podrían poner en juego su permanencia en la cadena.
La presentadora admitió públicamente que no todos en el set son sus amigos, y apuntó directamente a Clovis Nienou: con él, dijo, no hay conexión real fuera de lo profesional. “No es por exclusión, es por energías y vibras que no coinciden”, señaló, al tiempo que resaltaba sus vínculos casi familiares con otros compañeros como Manilik y Caramelo.
Aunque para el público estas palabras pudieron parecer sinceras, para algunos ejecutivos sonaron como una bomba mediática. Y la explosión interna no se hizo esperar: se filtró que semanas antes ya había ocurrido un fuerte altercado entre Chiqui y Clovis durante la grabación de un matutino. La discusión —editada y nunca transmitida— incluyó voces elevadas y reproches sobre el guion, tensando aún más una relación ya deteriorada.
La crisis escaló cuando un mensaje privado de Chiqui, con calificativos poco profesionales hacia su colega, llegó a manos de la alta dirección. Fuentes internas confirman que el nuevo productor ejecutivo, conocido por no tolerar conflictos, está evaluando seriamente no renovar su contrato.
Mientras tanto, el set de Telemundo se ha convertido en terreno dividido: de un lado, quienes defienden a Chiqui por su autenticidad y carisma; del otro, quienes respaldan a Clovis por su discreción y profesionalismo. La tensión ha llegado al punto de obligar a producción y edición a cortar escenas para evitar que el público perciba el distanciamiento.
Como si fuera poco, los índices de audiencia del programa donde participa Chiqui han caído un 12%. Aunque no se ha confirmado que la polémica sea la causa directa, los analistas ya trazan líneas entre ambos hechos. Y en las redes, la batalla es feroz: en Instagram y TikTok los fragmentos del video se viralizan, dividiendo a los fans, mientras en Twitter hay quienes exigen su despido y otros que celebran su franqueza.
Fuentes cercanas a la presentadora aseguran que ella prepara una respuesta pública para “contar su versión” y limpiar su nombre, asegurando que ha sido víctima de un entorno laboral hostil. Pero el reloj corre y el desenlace parece inminente. En un mundo donde la diplomacia es clave, la pregunta es: ¿sobrevivirá Chiqui Bombom a su propia verdad?