Detrás de su sonrisa brillante, su cuerpo emblemático y su voz que parecía dulce, existía una historia silenciada de abandono, dolor y lucha constante.Norma Jean Mortenson, su nombre real, nació en 1926 en Los Ángeles, en medio de la soledad y el abandono, sin un padre presente y con una madre que pronto fue internada por esquizofrenia, dejando a la niña a la deriva en un sistema cruel.
Desde pequeña, Norma Jean vivió en hogares de acogida y orfanatos, donde era llamada por números en lugar de por su nombre.
Su infancia estuvo marcada por el abandono, la soledad y, según algunos relatos, abusos que jamás fueron denunciados.
La única vía de escape para ella fueron las películas; en la oscuridad de las salas de cine, aprendió a imitar emociones y a soñar con un futuro distinto.
A los 16 años, para evitar regresar al orfanato, se casó con James Dougherty, no por amor, sino por supervivencia, buscando un techo y una estabilidad que nunca tuvo.
Su vida cambió cuando comenzó a trabajar en una fábrica durante la Segunda Guerra Mundial y fue fotografiada por David Conober, iniciando así una carrera como modelo y, posteriormente, actriz.
Fue en ese momento cuando adoptó el nombre artístico Marilyn Monroe, una identidad creada para el estrellato, pero también para el control de otros.
Los primeros años en Hollywood fueron duros. Marilyn pasó por casting tras casting, haciendo papeles pequeños y posando para anuncios, mientras aprendía que en esa industria la inocencia se pagaba con favores silenciosos.
Sin embargo, ella no era solo una cara bonita; era disciplinada, estudiosa y con una obsesión por ser reconocida como actriz y no solo como un símbolo sexual.
En 1949, enfrentando dificultades económicas, aceptó posar desnuda para un fotógrafo, decisión que años después se convertiría en un escándalo cuando esas imágenes aparecieron en la primera edición de Playboy sin su consentimiento ni beneficio económico para ella.
Este episodio marcó un punto de inflexión en su carrera, pues aunque Hollywood temió por su imagen, el público la adoró y Marilyn usó su vulnerabilidad como una victoria.
Entre 1953 y 1955, Marilyn protagonizó películas que la consolidaron como la actriz más rentable y deseada de Hollywood.
Sin embargo, detrás de cámaras, estaba atrapada en contratos restrictivos que controlaban cada aspecto de su vida: desde los papeles que interpretaba hasta su imagen pública.
Su matrimonio con Joe DiMaggio, un exjugador de béisbol, fue breve y conflictivo, marcado por la incomodidad de su éxito y las diferencias personales.
Cansada de ser un producto, Marilyn huyó a Nueva York para estudiar actuación en el Actors Studio, buscando ser tomada en serio como artista.
Fundó su propia productora, Marilyn Monroe Productions, un acto de rebeldía que la llevó a ser suspendida y criticada por la prensa y los estudios.
Pero ella persistió, buscando respeto y control sobre su carrera.
En 1956, Marilyn se casó con el dramaturgo Arthur Miller, con quien compartió intereses intelectuales y políticos.
Este matrimonio representó para ella una afirmación personal y el inicio de una nueva etapa en su carrera, con papeles dramáticos que mostraron su talento más allá de la imagen de rubia tonta.
Sin embargo, la relación también estuvo marcada por tensiones, distancia emocional y la lucha interna de Marilyn con su salud mental y sus pérdidas personales, incluyendo dos abortos espontáneos.
Mientras su fama crecía, también lo hacía la presión y el control de los estudios, que la veían como una carga debido a sus ausencias y exigencias.
A pesar de ganar grandes sumas de dinero por sus películas, Marilyn no tenía control real sobre sus finanzas, que eran manejadas por terceros y a menudo mal administradas.
Marilyn entró en círculos políticos y sociales de alto nivel, relacionándose con figuras como Peter Lawford y el presidente John F.Kennedy.
Su relación con JFK y posteriormente con su hermano Robert Kennedy la colocaron en un juego peligroso de poder, secretos y traiciones.
Según testimonios, Marilyn comenzó a escuchar conversaciones confidenciales sobre temas de Estado y a escribir en un misterioso diario rojo, convirtiéndose en una amenaza para quienes querían mantener esos secretos ocultos.
El 19 de mayo de 1962, Marilyn cantó su icónico “Happy Birthday, Mr.President” en un vestido casi invisible, un momento legendario que marcó su última gran aparición pública cerca del poder.
Poco después, fue despedida de un proyecto cinematográfico bajo circunstancias sospechosas, y comenzó un aislamiento marcado por el acoso mediático y la vigilancia gubernamental.
El 5 de agosto de 1962, Marilyn Monroe fue encontrada muerta en su casa en California, oficialmente por probable suicidio debido a una sobredosis de barbitúricos.
Sin embargo, las irregularidades en la escena, la desaparición de documentos y el manejo extraño de la autopsia han alimentado teorías de conspiración sobre su muerte.
En el momento de su fallecimiento, Marilyn tenía una fortuna valorada en aproximadamente 800,000 dólares, pero su cuenta bancaria mostraba menos de 1,000 dólares.
Su herencia y derechos sobre su imagen quedaron en manos de otros, no de su familia biológica.
Su testamento, modificado en un periodo de vulnerabilidad, dejó la mayor parte de sus bienes a su maestro de actuación Lee Strasberg y a Joe DiMaggio, aunque este último fue eliminado sin su conocimiento.
Después de la muerte de Strasberg, su esposa vendió los derechos de la imagen de Marilyn por más de 20 millones de dólares a una corporación que desde entonces ha explotado su figura en perfumes, ropa, inteligencia artificial, NFTs y más, generando cientos de millones sin que su familia reciba un centavo.
Hoy, Marilyn Monroe descansa en el cementerio Westwood Memorial Park en Los Ángeles, en una tumba sencilla que es un lugar de culto silencioso para sus admiradores.
Su teléfono, que sostenía la noche de su muerte, sigue resonando como un símbolo de una mujer que clamó por ayuda y fue silenciada.
La historia de Marilyn Monroe es mucho más que la de un icono sexual o una estrella de cine.
Es la de una mujer que luchó contra el abandono, la explotación y la manipulación, que buscó ser libre y respetada en un mundo que solo quería usarla.
Su vida y muerte siguen siendo un misterio lleno de secretos y sombras, y su legado, aunque robado en vida, sigue inspirando a millones alrededor del mundo.
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