HARFUCH CAPTURA AL S1CA *R1O QUE DESAPARECIO A CARLOS EMILIO EN MAZATLAN ¡COMPLICE DEL EX SECRETARIO!

Mazatlán — la ciudad costera de luces brillantes, símbolo del turismo y el lujo en el Pacífico mexicano — se ha convertido en el epicentro de uno de los casos más estremecedores del año 2025.

La desaparición y posterior hallazgo del cuerpo de Carlos Emilio Galván Valenzuela, un joven de 24 años originario de Durango,

ha destapado una red de complicidades entre el crimen organizado y las esferas políticas, mostrando el rostro más oscuro de una ciudad que hasta hace poco se consideraba un “paraíso turístico”.

Todo comenzó en la madrugada del 5 de octubre de 2025. Carlos Emilio salió con amigos al famoso bar Terraza Valentino, ubicado frente al mar.

Según testigos, alrededor de las 2:30 a.m., el joven se levantó para ir al baño… y nunca regresó. Sus primas intentaron buscarlo, pero los guardias les impidieron el paso con el pretexto de que el área estaba “en limpieza”. Minutos después, fueron expulsadas del lugar. Desde entonces, no volvieron a saber de él.

El dueño del bar, Ricardo Belarde Cárdenas, exsecretario de Economía del estado de Sinaloa, renunció a su cargo apenas dos días antes de que el caso saliera a la luz, en un movimiento que los investigadores consideraron claramente sospechoso.

Cuando las autoridades intervinieron el establecimiento 20 días más tarde, descubrieron que las cámaras de seguridad habían sido desconectadas exactamente entre las 2:27 y las 3:01 a.m., justo en el lapso en que Carlos desapareció.

Los registros del personal, los consumos y los datos de vigilancia habían sido borrados. Todo indicaba una operación meticulosamente planeada para encubrir un crimen.

Detrás de esa fachada se ocultaba una figura siniestra: José Ramón N, alias “El 40”, cuyo verdadero nombre es Víctor Manuel Barraza Pablos, un sicario con historial de secuestros y extorsiones, identificado como el “Jefe de Plaza” de los Chapitos en Mazatlán.

De acuerdo con informes de la DEA y del Departamento del Tesoro de EE. UU., “El 40” ya figuraba en la lista OFAC desde junio por delitos de lavado de dinero y control de negocios nocturnos.

Lo que indignó a la opinión pública fue la relación directa entre “El 40” y Ricardo Cárdenas, un político que había construido su reputación bajo la imagen de “empresario respetable”.

Un agente encubierto grabó a ambos conversando tranquilamente en una terraza frente al mar, brindando con copas de vino como viejos socios.

Días después de la desaparición de Carlos Emilio, los analistas financieros rastrearon tres transferencias sospechosas por casi medio millón de dólares, incluyendo una de $250,000 provenientes del grupo Bahía del Sol, propiedad del propio Cárdenas.

La investigación, encabezada por Omar García Harfuch, desencadenó una operación conjunta entre la Marina, la Guardia Nacional y la Fiscalía Especializada en Desapariciones Forzadas.

Mediante rastreo técnico y análisis de inteligencia, el equipo localizó un almacén abandonado en la zona de Cerritos, donde hallaron manchas de sangre, ropa, un reloj y una cadena grabada con las iniciales “CGB”. Los análisis genéticos confirmaron que pertenecían a Carlos Emilio.

El examen forense de los teléfonos de Cárdenas reveló que el exfuncionario había ordenado la instalación de una red de videovigilancia paralela, monitoreada por su propio personal y no por la policía estatal. Esa estructura secreta fue utilizada para borrar evidencia del crimen ocurrido en su bar.

El 10 de noviembre, la operación final se llevó a cabo en una zona residencial de lujo llamada Estrella del Mar.

“El 40” intentó escapar al ser rodeado, mientras Cárdenas gritaba por teléfono: “¡Esto es un error político, soy inocente!”.

Ambos fueron arrestados. Dentro de la casa, los agentes descubrieron una habitación oculta tras una pared falsa, con un disco duro lleno de grabaciones de varios bares, entre ellas una carpeta titulada “Terraza B-05-10”, correspondiente a la noche de la desaparición.

Las imágenes del video eran escalofriantes: dos hombres —uno identificado como Luis Barraza, primo de “El 40” y jefe de seguridad del bar— sacaban por la fuerza a Carlos Emilio y lo subían a una camioneta sin placas. La grabación se corta justo cuando la puerta trasera se cierra violentamente.

Pocas horas antes de su detención, “El 40” envió un mensaje de voz que sería la clave para resolver el caso:

“Saquen al chico del almacén, la Marina ya viene. Cierren todo.”

Gracias a esas coordenadas, los investigadores localizaron el sitio exacto. A las 00:42 del 11 de noviembre, el cuerpo de Carlos Emilio Galván Valenzuela fue hallado enterrado a tres metros de profundidad, envuelto en plástico industrial —una técnica usada por los cárteles para ocultar ejecuciones. En otro mensaje de voz, grabado la noche anterior, “El 40” afirmaba fríamente:

“Ya está hecho. El chico no hablará. Dile al abogado que lo del bar está limpio.”

Cuando la noticia llegó a Durango, la madre de la víctima, Brenda Valenzuela, pronunció una frase que conmovió a todo el país:

“Si pudieron borrar a mi hijo, entonces borra tú el miedo de los demás.”

Mazatlán, la joya del turismo sinaloense, quedó en silencio. Vecinos encendieron velas junto al mar, mirando hacia el horizonte donde el crimen y la impunidad se habían cruzado una vez más.

Actualmente, tanto “El 40” como Ricardo Cárdenas se encuentran detenidos en la Ciudad de México, acusados de desaparición forzada, lavado de dinero y delincuencia organizada.

Sin embargo, las autoridades sospechan que el caso es solo la punta del iceberg: detrás hay una red mucho más amplia de empresarios, políticos y operadores criminales que, bajo la fachada de negocios turísticos, manejan el verdadero poder en la región.

El caso de Carlos Emilio no es solo una tragedia personal: es el reflejo de una podredumbre institucional que ha permitido al crimen organizado infiltrarse en la vida cotidiana.

Mazatlán, con su brillo y su música, se ha revelado como un lujoso barco comandado por un capitán traidor, aliado en secreto con los piratas del mar, donde cada sistema de seguridad protege el delito, no a las víctimas.

En la rueda de prensa posterior a la captura, Harfuch declaró con firmeza:

“La justicia no devolverá la vida de Carlos Emilio, pero puede devolver la fe de la gente. No permitiremos que Mazatlán vuelva a callar.”

Detrás de esas palabras se esconde una verdad que resuena en todo México: el crimen ya no solo habita en la oscuridad —a veces, también gobierna bajo la luz del sol.

Related Posts

¡HARFUCH es TRAICIONADO por Claudia Sheinbaum

Aquella noche, México entero se detuvo frente al televisor. Un programa especial, cuidadosamente preparado, celebraba los primeros 100 días del gobierno de Claudia Sheinbaum. El objetivo era…

CONFIESA 4TACANTE DE CARLOS MANZO. HARFUCH LE SACÓ LA SOPA FUE JALISCO. LES PAGARON 50 MIL

Un asesinato que ha sacudido a todo México comienza a revelar detalles que indignan y desconciertan por igual. Carlos Manso, alcalde de Uruapan y símbolo de la…

SE CALIENTA LA MAÑANERA, HARFUCH REVELA LOS CULPABLES, SHEINBAUM ENVIA MENSAJE AL PUEB

Esta mañana, en el Palacio Nacional, la conferencia “La Mañanera” de la presidenta Claudia Sheinbaum dejó de ser una simple rueda de prensa. El aire en la…

Harfuch ACUSA a BEDOLLA de AMENAZAR a la VIUDA de Carlos Manzo

Un mensaje breve, enviado por WhatsApp, estremeció a todo Michoacán. En él, un grupo criminal advertía fríamente: “Vamos a terminar el trabajo.” Esa frase, aparentemente una amenaza más…

Así RESPONDIÓ el gobierno a la AMENAZA del CJNG: Sheinbaum ordena BLINDAR a Grecia Quiroz en Uruapan

En una pequeña habitación bajo estricta vigilancia en el centro de Uruapan, Grecia Quiroz, viuda del alcalde Carlos Manso, mira fijamente la pantalla de su teléfono. Un solo mensaje…

ASÍ ERA LA VIDA MILLONARIA DE CARLOS MANZO ANTES DE MORIR

Uruapan, Michoacán – En un país donde la política suele ir acompañada de sospechas y donde la riqueza repentina de un funcionario casi siempre genera rumores de…