México atraviesa un momento político excepcionalmente tenso. Mientras el país aún intenta comprender el asesinato del alcalde de Uruapan,
Carlos Manzo, una serie de revelaciones explosivas ha puesto a temblar a los círculos de poder:
Omar García Harfuch identifica públicamente al mando criminal que ordenó la ejecución; el magnate Ricardo Salinas
Pliego enfrenta la posibilidad real de perder su imperio ante el SAT; y Nayib Bukele, figura emblemática de la “mano dura” en Centroamérica, es señalado por supuestos pactos con organizaciones criminales.

Tres historias aparentemente aisladas, pero que juntas dibujan un retrato inquietante: el poder en la región podría estar más cerca del crimen organizado que de los propios gobiernos.
Para muchos analistas, la coyuntura actual representa uno de los momentos más delicados para México en los últimos diez años.
La revelación de Harfuch: el asesinato de Carlos Manzo y la sombra que aún persiste
En un video que se ha viralizado a gran velocidad, Omar García Harfuch —una de las figuras más respetadas en materia de seguridad— confirmó que el asesinato de Carlos Manzo fue ordenado directamente por R1, un alto mando del Cártel Jalisco Nueva Generación.
El dato que ha escandalizado a la opinión pública no es solo el origen de la orden, sino el hecho de que R1 había sido detenido previamente y, sin embargo, fue liberado en un polémico “sabadazo”, avalado por el Poder Judicial bajo la administración de la ministra Norma Piña.
La liberación ocurrió en fin de semana, momento en el que el operativo institucional es mínimo, alimentando sospechas y teorías.

Tras su liberación, R1 ordenó a El Licenciado ejecutar el ataque. Gracias al análisis de teléfonos móviles, fue detenido Jorge Armando N., revelando una estructura criminal que trasciende la violencia callejera y roza intereses políticos.
Grecia Quiroz —viuda de Manzo y actual alcaldesa de Uruapan— pidió investigar también a figuras de Morena, asegurando que su esposo se había convertido en “un obstáculo político”.
Manzo era contemplado como un candidato fuerte para la gubernatura de Michoacán en 2027, con posibilidades reales de arrasar si competía como independiente.
Manzo había acusado en público a Leonel Godoy y Raúl Morón de ser sus adversarios políticos. Ambos, curiosamente, también eran rivales del actual gobernador Alfredo Ramírez Bedoya, quien en su momento intentó formar una alianza con Manzo.
Lo más sensible del caso: antes de ser asesinado, Manzo presentó 83 denuncias por irregularidades financieras del gobierno municipal anterior, vinculado precisamente a Morón y Godoy. Esto abre una línea de investigación particularmente incómoda.

El llamado “efecto Manzo” ya se refleja en las encuestas: Grecia Quiroz lidera con más del 45% de apoyo, una irrupción inesperada tras el magnicidio.
Ricardo Salinas Pliego: el imperio en jaque y la amenaza del embargo del SAT
Mientras Michoacán lidia con un clima político explosivo, otra tormenta golpea el ámbito económico. El empresario Ricardo Salinas Pliego —dueño de Grupo Salinas, Elektra y TV Azteca— enfrenta fallos definitivos de la Suprema Corte que lo obligan a pagar miles de millones de pesos en impuestos atrasados.
Según Jesús Rodríguez, presidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos, el SAT puede aplicar medidas extremas bajo la figura del Procedimiento Administrativo de Ejecución (PAE):
- congelar todas las cuentas bancarias;
- embargar bienes inmuebles y mercancías;
- tomar control de marcas y activos empresariales;
- incluso sellar tiendas Elektra o intervenir TV Azteca.

Si Salinas no paga dentro de los plazos establecidos, su conglomerado podría enfrentarse a la mayor acción legal que el SAT haya aplicado contra un magnate en décadas.
Existe la posibilidad de pagar en 36 mensualidades, pero las tasas de recargos —casi 2% mensual— convierten esta opción en una carga financiera gigantesca.
En medio de la presión, Salinas vendió Mazatlán FC por 65 millones de dólares, permitiendo el regreso del histórico Atlante a la Liga MX. Para analistas financieros, esta venta es un indicio claro de que Salinas está liquidando activos para evitar un colapso.

Nayib Bukele en la mira: acusaciones de pactos con el crimen y espionaje a periodistas
La otra bomba política no estalló en México, sino en El Salvador, aunque el impacto en la región es profundo.
Según el medio investigativo El Faro, Nayib Bukele habría negociado acuerdos con las tres pandillas más grandes del país para asegurarse apoyo electoral en zonas controladas por grupos criminales.
Las acusaciones incluyen:
- reuniones secretas con líderes de pandillas documentadas en audio, fotos y actas oficiales;
- el uso del software Pegasus para espiar a 53 periodistas, varios de los cuales huyeron al exilio en México;
- protección por parte del fiscal general Rodolfo Delgado al empresario Chepe Diablo, señalado de lavar más de 100 millones de dólares y vinculado a los cárteles de Sinaloa y Jalisco.

Estas revelaciones chocan con la imagen internacional de Bukele como “el presidente que derrotó a las pandillas”. Los críticos comparan su estrategia con la atribuida a Felipe Calderón en México: neutralizar a un grupo criminal para fortalecer implícitamente a otro y “ordenar” las cifras de seguridad.
Una polémica más se suma: Bukele cambió el marco jurídico para poder reelegirse por tercera vez.
México ante la presión externa y el fantasma del “golpe blando”
Como si la tensión interna no fuera suficiente, un video reciente mostró a un diputado del PAN pidiendo abiertamente ayuda a Donald Trump y recreando su característico baile, con el mensaje “Make México safe again”. El gesto fue interpretado como un guiño a la posible intervención estadounidense en territorio mexicano.
Paralelamente, se difundió un análisis sobre los cinco pasos de un supuesto “golpe blando” aplicado por potencias globales en países aliados:
- acusaciones mediáticas de corrupción sistemática;
- deslegitimación institucional;
- agitación social y protestas permanentes;
- guerra psicológica para generar sensación de ingobernabilidad;
- fractura institucional para forzar la renuncia presidencial.

En un momento de polarización creciente, estas interpretaciones encuentran terreno fértil entre sectores que temen una desestabilización prolongada.
El asesinato de Carlos Manzo, el posible embargo al imperio de Salinas Pliego y las acusaciones que rodean a Bukele conforman un panorama donde el crimen organizado, la política y las estructuras económicas parecen entrelazarse más de lo que los gobiernos admiten públicamente.
Mientras unas figuras ascienden tras la tragedia y otras caen por la presión judicial, la región enfrenta un dilema profundo: transparentar la verdad o permitir que las fuerzas ocultas sigan definiendo el rumbo de México y Centroamérica.
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