Cuando una familia se ve obligada a buscar a su hijo entre aguas negras, la discusión pública deja de ser sólo un caso de desaparición
y se convierte en un cuestionamiento directo al alcance y a las fallas del sistema.
En Cuautitlán Izcalli, la búsqueda de Jeshua Cisneros Lechuga ha cruzado límites impensables, internándose en el Emisor Poniente, un sitio asociado históricamente con contaminación y abandono, hoy transformado en escenario de una esperanza extrema.
Jeshua Cisneros Lechuga, de 18 años, desapareció el 13 de noviembre. Desde entonces, el tiempo ha avanzado sin respuestas claras.

El 15 de diciembre, autoridades municipales, estatales y federales activaron un operativo catalogado como de alto riesgo, enfocado en el sistema de aguas residuales del Emisor Poniente y en diversos puntos considerados estratégicos dentro del municipio.
De acuerdo con la Comisaría General de Seguridad Ciudadana, el despliegue fue de carácter interinstitucional.
Participaron elementos de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, la Comisión Nacional de Búsqueda, la Comisión de Búsqueda de Personas Desaparecidas del Estado de México, además de familiares, amigos y voluntarios cercanos al joven.
Las zonas priorizadas incluyeron el Interceptor Poniente, la avenida Huehuetoca, el pueblo de San Lorenzo Río Tenco y la Laguna de Axotlán, áreas de acceso complicado y con antecedentes de hallazgos previos.
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Las labores se desarrollaron en distintos frentes de manera simultánea. A nivel terrestre, se realizaron recorridos pie a tierra con apoyo de binomios caninos entrenados para rastreo.
Desde el aire, drones sobrevolaron los canales y márgenes para detectar cualquier indicio visible. En el agua, lanchas especializadas navegaron por tramos de aguas negras, exponiendo a los equipos a condiciones sanitarias y de seguridad particularmente adversas.
La decisión de llevar la búsqueda al Emisor Poniente no fue fortuita. Autoridades municipales informaron que reportes de vecinos de San Lorenzo Río Tenco y de la zona de la Laguna de Axotlán señalaron la presencia de una persona con características similares a las de Jeshua en días posteriores a su desaparición.
A partir de estas alertas ciudadanas, se activaron tres células de búsqueda de forma paralela para ampliar el radio de exploración en el menor tiempo posible.

De manera complementaria, elementos de seguridad acompañaron a la familia en la colocación de boletines de búsqueda en distintos puntos del municipio.
La estrategia busca mantener el caso visible y reforzar la colaboración ciudadana. Con este operativo, suman ya 19 acciones de búsqueda en las que el Gobierno Municipal de Cuautitlán Izcalli ha participado de forma coordinada con instancias estatales y federales.
Luis Cisneros Arellano, padre de Jeshua, explicó que la determinación de buscar en canales de aguas residuales surgió tras cumplirse más de un mes sin noticias de su hijo.
Señaló que, al conocer casos recientes en los que personas desaparecidas fueron localizadas en este tipo de cuerpos de agua, decidió solicitar formalmente a la Fiscalía que se explorara también esta posibilidad, por dolorosa que resultara.
Después de varias horas de rastreo, el resultado fue negativo. Jeshua no fue localizado. Pese a ello, la familia insiste en no detenerse.
En los próximos días, el joven cumpliría años, una fecha que, lejos de resignarse al silencio, refuerza la convicción de sus padres de que aún puede estar con vida.
El caso también ha dejado al descubierto dudas que siguen sin respuesta. La familia ha mencionado versiones sobre un posible contacto de Jeshua con policías estatales, sin que hasta ahora exista un posicionamiento oficial al respecto.
A esto se suma la falta de registros de cámaras de seguridad cercanas, pertenecientes a empresas de la zona, que presuntamente no graban imágenes y sólo realizan monitoreo en tiempo real.
Frente a este panorama, los padres reiteraron el llamado a la ciudadanía para aportar cualquier información que permita avanzar en la localización del joven. Cada dato, por mínimo que parezca, puede ser determinante.
La búsqueda de Jeshua Cisneros Lechuga continúa y se adentra en los espacios más inhóspitos del municipio.
No es sólo la historia de una familia que se niega a rendirse, sino también un reflejo de las carencias, los silencios y las exigencias que rodean a los casos de desaparición. Mientras no haya respuestas, la esperanza sigue navegando, incluso, entre aguas negras.