Antonio Banderas, nuestro homenajeado de honor, echa la vista atrás: “Detrás de los Fotogramas hay una historia muy bonita de una época que ya no existe”.
Nuestros Fotogramas de Plata cumplen 75 años, tres cuartos de siglo que hemos celebrado con un imprescindible Antonio Banderas como Premio Fotogramas de Plata Especial Homenaje 2024 y, por lo tanto, el invitado especial de nuestra gran fiesta. “Ya he dicho cuando he entrado que no creo mucho en los premios. Hasta que te los dan a ti, claro”, dijo al recoger el galardón, provocando la risa de una emocionada platea y recordando lo que señaló a su llegada al teatro. “Lo de los premios es una cosa muy rara. No sé si es que no creo en ellos, porque después me gusta recibirlos, yo tengo mi vanidad“.
“Es cierto que detrás del premio de los Fotogramas sí que hay una historia muy bonita de una época que ya no existe“, apunta el cineasta. “De una época en la que no había un premio más importante que el Fotogramas, cuando no existían los Goya y llevarse un Fotogramas era a lo que aspiraban todos los actores. Yo tengo cuatro y creo que un par de ellos cayeron antes de de los Goya. Es un recuerdo de otra época”.
Efectivamente, el primer Fotogramas de Plata que ganó Banderas fue en 1986 por sus trabajos en ‘Caso cerrado’ (Juan Caño Arecha, 1985), ‘La corte de Faraón’ (José Luis García Sánchez, 1985) y ‘Réquiem por un campesino español’ (Francesc Betriú, 1985). El segundo, con los Premios Goya recién creados, llegó en 1989 gracias a ‘Así como habían sido’ (Andrés Linares, 1987), ‘Baton Rouge’ (Rafael Moleón, 1988), ‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’ (Pedro Almodóvar, 1988) y ‘El placer de matar’ (Félix Rotaeta, 1988).
En 1991 llegó el tercero, con ‘¡Átame!’ (Pedro Almodóvar, 1989), ‘La blanca paloma’ (Juan Miñón, 1989) y ‘Contra el viento’ (Paco Periñán, 1990) como responsables para, ya en 2020, recibir su cuarto Fotogramas de Plata por ‘Dolor y gloria’ (Pedro Almodóvar, 2019).
Pero es que en la carrera de Banderas destacan multitud de títulos, desde sus primeros años como intérprete, inevitablemente vinculados a Pedro Almodóvar, como ‘Laberinto de pasiones’ (1982), ‘Matador’ (1986) y ‘La Ley del Deseo’ (1987), hasta films de los años 90 en los que inició un carrera en Hollywood hasta entonces inédita en un actor español. ‘La casa de los espíritus’ (Bille August, 1993 y, sobre todo, ‘Philadelphia’ (Jonathan Demme, 1993), fueron su carta de presentación en esa industria, que enseguida contó con él para el éxito que reunía a las más grandes estrellas del momento: ‘Entrevista con el vampiro’ (Neil Jordan, 1994).
Después vendrían ‘Desperado’ (Robert Rodríguez, 1995), ‘Evita’ (Alan Parker, 1996), la saga ‘Spy Kids’, su inolvidable papel en ‘La máscara del Zorro’ y ‘La leyenda del Zorro’ (Martin Campbell, 1998 y 2005), o ‘El mexicano’ (Robert Rodríguez, 2003). En lo últimos años se ha volcado en el teatro, poniendo en pie el ambicioso proyecto del Teatro del Soho en su Málaga natal donde dirige el musical ‘Gypsy’. Demostrando siempre un amor por la profesión infinito y una energía inagotable, estos días podemos verlo en pantalla grande en ‘Babygirl’ (Halina Reijn, 2024) y ‘Paddington: Aventura en la selva’ (Dougal Wilson, 2024).