Fotograma de la canción ‘Los gitanos somos así’ del documental ‘La guitarra flamenca de Yerai Cortés’ A Contracorriente Films
El Madrileño, Pucho, Antón… Múltiples apodos para definir a un artista: C. Tangana. Reconvertido con su nombre de pila, Antón Álvarez, pasa del escenario al set de rodaje para debutar como director. Ante el gran reto, Antón (como le gusta que le llamen) ha elegido al cantaor flamenco Yerai Cortés para adentrar al espectador en los entresijos de su familia gitana, la cual guarda un gran secreto cuya revelación cambiará el estado de la vida familiar.
El secreto de la familia
Tania fue un miembro importante de la familia de Yerai Cortes. Falleció con 24 años de edad tras una lucha continua contra una enfermedad ósea. El gran secreto que rodea a esta persona ha provocado que la vida de Yerai Cortés tenga un punto de inflexión. Ella fue siempre considerada como su tía, pero en realidad, era su hermana. Un secreto guardado porque su madre la tuvo a raíz de un romance previo a estar con su marido, por lo tanto, el gran tabú, finalmente revelado, provoca que Cortés tienda hacia una necesidad impetuosa de expresar sus sentimientos a través del flamenco.
Yerai Cortés y su pareja visitando la tumba de su hermana / Yerai Cortés y su pareja visitando la tumba de su hermana A Contracorriente Films
Una vez conoce este hecho, Cortés se junta con artistas como Farruquito o Israel Fernández para comenzar con su viaje musical donde el flamenco sirve como una vía para decir todo el dolor, las dudas y el cariño que tiene dentro al haberse enterado de una verdad tan dolorosa como saber que tuvo una hermana pero que ya falleció. El documental está plagado de canciones que tienen un sentido y significado en cada momento que aparecen donde sirven para también mostrar la unión de un barrio humilde a través de un concepto que los conecta: el flamenco.
Cortés ha creado un disco que publica este sábado compuesto por las canciones que salen en el documental y otras aún sin revelar. “La familia que sale en el documental reflejan las canciones que yo tengo preparadas. Nos hemos reconciliado gracias a este proyecto”, ha indicado. Su padre, madre, tía… Diferentes miembros de su familia lidian con un cariño mutuo conflictivo, sin embargo, el flamenco es una pasión que une a todos ellos.
Yerai Cortés y su padre Miguel cantando durante la filmación del documental. / Yerai Cortés y su padre Miguel cantando durante la filmación del documental. A Contracorriente Films
El cantautor comienza a reflexionar y, con una sola frase que dice durante la grabación, demuestra tener claro su objetivo en la música: “Yo sé lo que le gusta a un gitano. Sé como conseguir su ‘olé’. Pero lo que quiero es darle aquello que no tiene”, dice en su documental. Hemos preguntado por la explicación más detallada de ese pensamiento: “Ahí me refiero a que yo soy gitano, soy flamenco. Todavía tengo muchas cosas por descubrir dentro de ese mundo, no lo sé todo. Como el flamenco es algo natural que sale en mí, si yo cojo una guitarra eléctrica la toco como si fuese flamenco o si tocase una batería la tocaría con el mismo ritmo que el flamenco”, ha confesado.
Esta travesía de sentimientos y emociones que se ven en el documental ha sido en parte gracias a la participación de su familia. Concretamente, de los padres, Miguel y María. Antón reconoce su apoyo durante la filmación: “Han sido muy generosos. Como yo iba de la mano de Yerai, ellos siempre han confiado en que su hijo estaba teniendo buenas ideas. Él tenía un deseo profundo de qué es lo que quiere contar con su música”, ha indicado.
“Subirme al escenario nunca ha sido mi gran pasión”
C. Tangana lleva dos años sin publicar música. Los fans le han estado esperando y aclamando para que vuelva a la escena musical, sin embargo, este proyecto ha sido la justificación por la que no ha tenido tiempo para publicar nuevos temas o, mejor dicho, ha invertido su tiempo en contar esta historia y ha dejado a su propio contenido musical en un segundo plano.
Antón Álvarez en la 72ª edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián. / Antón Álvarez en la 72ª edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián. EFE / Javier Etxezarreta
“El escenario nunca ha sido mi gran pasión, la verdad. El estudio sí, pero nunca he soñado con: ‘Wow, algún día tocaré delante de un montón de gente’. Me parece algo que va pegado a crear canciones pero no es necesariamente lo que más me gusta. Estar detrás de la cámara me gusta y, en general, crear una historia o poder ser capaz de tomar las decisiones de cómo se cuentan las cosas”, ha comentado.
Para sorpresa de todos, ha decidido dejar el nombre de C. Tangana reservado para su música y debutar en el cine con su nombre real: Antón Álvarez. Nuevo nombre, nuevo reto: cambiar el micrófono por la cámara. “Fue Yerai el que me eligió a mí porque él ya tenía el disco preparado y yo tenía la ambición de dirigir en algún momento. No creía que estuviese preparado pero, al conocer su historia, decidí arriesgarme”, ha confesado.
Antón Álvarez y Yerai Cortés durante la promoción del documental. / Antón Álvarez y Yerai Cortés durante la promoción del documental. Europa Press / Diego Radamés
“Creo que la película habla de la vida: del amor de una madre, de la pareja… El flamenco ataca mucho la emoción desde un punto de vista que a mi me gusta. A veces parece histriónico pero hace sentir que vale la pena vivir y contar esas historias”, ha indicado Álvarez.
Una historia real sobre la cual nos preguntamos si el flamenco es el único género musical que puede ofrecer este tipo de historias potentes o de si otros géneros, como el pop o el reggaetón, podrían ser fuente de inspiración para este tipo de documentales: “Hay otros géneros en lo que los estilos son más intelectuales o superficiales. La historia de la vida de Yerai me parecía como el guion de una buena película. Historias que se pueden convertir en metáforas, en símbolos de situaciones que nos pasan a todos. Hemos tenido que depurarlo y decidir cómo contarlo, pero al final son historias llenas de pureza de amor, de lucha”, ha señalado Álvarez.
El flamenco para sanar heridas
Yerai se encuentra en paz con su familia. Este proceso de sanación ha sido también gracias a cómo se ha aferrado a la figura de su hermana fallecida Tania. Pensativo, responde a la incógnita de qué canción de las que forman parte del documental habría cantado con ella: “Precisamente una que no sale en la película pero sí en el disco. Esa contiene todo lo que yo le diría a ella”, ha confesado. De repente, Antón se dirige al entrevistador para dar un apunte: “Este finde la puedes escuchar, que sale el disco” (risas).
Al imaginar una posible conversación con su hermana, le preguntamos qué pensaría ella de todo este proyecto creado entorno a su imagen: “Esa pregunta me la he hecho muchísimas veces. Imagino que hablo con ella y le pregunto: ‘¿Y tú qué piensas de todo esto? ¿Lo estoy haciendo bien? ¿Te está gustando?’. Cuando eres pequeño, vives historias y parece que cuando te haces mayor, las historias también van creciendo. Solo por el hecho de contarlo, de nombrarla y de hacer público algo que fue un gran secreto, allá donde esté, creo que lo está viviendo, le está sanando y está conmigo en esto“.
Emocionado por haber contado esta historia, Cortés cierra el año con esta película documental que le ha hecho reconciliarse con su pasado pero, al mismo tiempo, sigue mirando hacia delante: “Tengo conciertos en 2025. El 25 de enero es el primero y le tengo muchas ganas a la gira, que es como una extensión de la película y del disco. Si ves el documental y después escuchas el disco verás cómo van relacionados. La historia sigue, amenazo con seguir contando historias”, ha confesado entre risas.
¿Dónde está C. Tangana?
Sencillo, directo y al centro de la diana, la pregunta es clara: “Me encanta la faceta de Antón como cineasta pero, ¿sabes dónde está C. Tangana? Hace tiempo que no le veo“. Cuestión que tiene dos salidas: ofender o hacer reír al entrevistado. Moneda al aire y se vislumbra una risa entre la timidez de Antón, que sigue tomándose las cosas con calma: “No sé que voy a hacer el año que viene, estoy centrado con estrenar la peli y estoy inspirado también, entonces seguro que algo sale”, ha indicado.
Llámese Pucho, El Madrileño o C. Tangana, la persona que hay detrás, Antón Álvarez, debuta en el cine con esta historia introspectiva de una familia destruida por una pérdida que ha conseguido sanar sus heridas y recomponerse cual Ave Fénix gracias al flamenco. El poder de unión de un concepto que va más allá de la música y que se acaba de demostrar en esta historia de superación.