Desde hace siete años, Andrés Manuel empezó este proceso. Bueno, en realidad lo empezó desde mucho antes. Lo que pasa es que llegó a la silla presidencial cuando debía haber llegado. Y yo siempre lo he dicho: el logro más grande que Andrés Manuel le dio al pueblo de México fue que a los mexicanos nos interesara la política.
Literalmente, no fue la IFA, no fue el interoceánico, no fue el Tren Maya. Eso cuenta, claro, son puntos a favor. Tampoco fueron las pensiones o los apoyos sociales, que muchos llaman de forma despectiva populismo. Yo creo que todo eso sí ha marcado un gran parteaguas, pero lo más importante es que logró que el pueblo de México se interesara en la política.
Mi mamá tiene 82 años y ve la mañanera. En su vida le había interesado la política. Desde que llegó Andrés Manuel me dice: “Oye, ¿ya te enteraste de lo que pasó hoy?”. Yo veo al señor de la tiendita viendo la mañanera, al taxista escuchando política. A mí me han dicho: “Tú eres el del video de política”. La gente hoy ve política, y esa es la llave para quitarnos las cadenas que nosotros mismos nos pusimos.
Antes del 2018 había mucha apatía. La gente decía: “¿Para qué voto si siempre es lo mismo?”. Había un hartazgo tremendo. Yo me atrevo a decir que había una especie de metástasis política acompañada de otros tumores sociales como la televisión. Hace 40 años lo que dominaba eran las telenovelas, los programas de comedia, ese conglomerado mediático que terminó generando un consumo masivo de entretenimiento vacío.
Yo siempre he dicho que lo único que realmente me avergüenza de mi país es lo que hicieron las televisoras: produjeron una cantidad enorme de basura audiovisual y la exportaron a otros países. Yo lo viví. Mi familia estuvo en Europa cuando yo era niño y lo veía.
Para quienes no conocen, la voz que escuchamos al inicio del video es la de Gerardo Amaro. Él apoya abiertamente a la 4T, es deportista y campeón mundial en su disciplina. Yo ya lo había escuchado antes, pero me llamó la atención cuando dijo que el mayor legado de Andrés Manuel, y ahora de la doctora Sheinbaum, es que la gente se interesara por la política.
Hoy sabemos quiénes son los jueces, quién integra el INE, quiénes son los senadores y diputados. Hoy se habla de política en todos lados. Hay canales dedicados solo a eso. Ese es un cambio enorme.
También habló del tema de Grecia Quiroz, que ha sido uno de los asuntos más relevantes del último mes, después de lo que ocurrió con Carlos Manso, su pareja. Él plantea que se está formando una nueva figura política para la oposición, porque en realidad no tienen a nadie fuerte. Créditos al podcast de Óscar Morales, que es quien lo entrevista.
Hay un movimiento geopolítico extremadamente fuerte que tiene que ver con el poder que seguirá teniendo Estados Unidos. No porque otros países no sean importantes, sino porque México es la gallina de los huevos de oro. Es el lugar de donde más han sacado dinero. Donde más les duele es México.
Andrés Manuel lo que hizo fue marcar una línea. Desde Estados Unidos han dictado muchas líneas políticas y sociales con intención de desestabilizar. Creyeron que ese problema lo resolvían después de las elecciones pasadas, pero se equivocaron.
Ellos estaban acostumbrados a crear personajes de la noche a la mañana. Lo hicieron durante décadas. Así inflaron figuras públicas, primeras damas, presidentes. Lo hicieron también en otros países. Crearon personajes políticos de forma artificial.
Aquí hicieron lo mismo con Xóchitl Gálvez. Ella tiene todo mi respeto, no me cae ni bien ni mal, pero su imagen fue inflada meses antes con estrategias mediáticas. La presentaron como algo distinto, como una alternativa novedosa. Fue una telenovela política.
El problema es que hoy el pueblo de México ya no es el mismo. Ya no ve esos programas como antes. Ya no cree tan fácilmente en esas historias prefabricadas. La gente hoy entiende que lo importante es sacar adelante al país.
Los traileros ya no creen cuentos. Los taxistas ven política. Mi mamá de 82 años ve la mañanera. La perspectiva política de este país cambió.
Hoy el PRI, el PAN y Estados Unidos ya se dieron cuenta de algo: no tienen a un personaje político real con quien competir ni en 2027 ni en 2030. No existe. Dime uno que tenga la capacidad de competir de tú a tú. No hay.
Alito Moreno ha dicho que quiere ser candidato, pero el PRI ya está completamente desgastado. ¿Quién lo va a seguir? En el PAN ocurre lo mismo. No tienen figuras sólidas.
Y cuando no tienen a alguien fuerte, entra la desesperación. Yo lo dije en mi canal hace tiempo: cuando no tengan a quién lanzar, van a empezar a decidir qué hacer con las vidas de ciertos políticos. Y eso ya empezó.
Lo que pasó en Uruapan es un ejemplo. No importa el partido de origen. Una vida es una vida. Yo nunca estaré de acuerdo con que se crucen esas líneas. Ahí ya no hay ideologías que valgan.
Ese personaje empezó a tener exposición mediática, empezó a crecer, a posicionarse, a decir que quería ser candidato. Eso es legítimo, cualquiera puede aspirar. Pero la forma en que se construyó esa historia fue muy extraña.
Y cuando el PRI y el PAN están más ahogados, cuando se dan cuenta de que no pueden competir, ocurre todo esto. Y curiosamente, la esposa queda como alcaldesa en cuestión de días.
El tema de Carlos Manso es muy sensible. La violencia en Michoacán siempre ha sido un tema delicado. Ahí se declaró una guerra que cambió todo.
Hoy vemos cómo se construye un movimiento alrededor de su figura, cómo se crea una narrativa, cómo se impulsa ahora a su viuda como figura política. Ella tiene todo el derecho de participar, nadie se lo discute. Pero es evidente que hay una maquinaria mediática detrás.
Se crea un símbolo, se crea un movimiento, se impulsa una imagen. Todo esto sucede de manera acelerada. Uno no es ingenuo. Uno entiende cómo se han movido históricamente los hilos del poder.
También se toman ejemplos de otros países, movimientos juveniles, protestas, símbolos internacionales, y los adaptan. Todo eso se mezcla en una sola narrativa para venderle algo al pueblo.
Pero cuando hicieron su marcha apenas reunieron a unas cuantas miles de personas. Eso no es nada comparado con la capacidad real de movilización que existe en este país. Hay conciertos que juntan muchas más personas.
Eso demuestra que ese movimiento no está vivo, no tiene fuerza real. Y aun así lo siguen intentando.
¿Qué está pasando entonces? La oposición no tiene candidato. Necesitan crear uno desde afuera, alguien que no esté quemado, alguien sin partido. Y mientras ellos mueven los hilos, la figura visible es Grecia Quiroz. Ella recibe toda la exposición mediática, pero también todos los golpes.
Esto no dura años. Esto dura meses. No alcanza para llegar al 2030. La oposición no tiene cinco años para crear una figura fuerte desde cero.
Del otro lado, en la 4T ya hay cartas fuertes, perfiles con presencia nacional. Incluso medios opositores ya reconocen ese peso político.
Por eso, cada vez que intentan inflar figuras nuevas, se terminan desinflando rápido. Hoy es una, mañana otra. Antes fue Xóchitl, luego otros nombres, y así sucesivamente.
El mayor legado de Andrés Manuel, como dijo Gerardo, es habernos politizado. Que ya no nos vean la cara tan fácilmente. Antes nos vendían una telenovela y funcionaba. Hoy ya no.
Por eso la oposición no logra conectar. Para ser candidato no solo se necesita estructura, también carisma, conexión con la gente, chispa. Eso no se fabrica tan fácilmente.
Hoy ese vacío es evidente.
Y con esto cierro esta parte. Si les gustó, apoyen con un like, suscríbanse y compartan. Mañana estaremos pendientes del movimiento que se dará en el Zócalo, donde se celebran los siete años de la cuarta transformación.
Gracias a todos por el apoyo. Nos vemos mañana. Descansen.
Desde hace siete años, Andrés Manuel empezó un proceso que, en realidad, venía construyéndose desde mucho tiempo atrás. Llegó al poder cuando tenía que llegar y, literalmente, siempre lo he dicho: el mayor logro que le dio al pueblo de México fue despertar el interés por la política.
No fue solo el Tren Maya, ni el proyecto interoceánico, ni las pensiones, ni los apoyos sociales —que claro que cuentan—, sino algo mucho más profundo: hacer que la gente volviera a hablar de política.
Mi mamá tiene 82 años y ve la mañanera todos los días. En su vida le había interesado la política, pero ahora me pregunta qué pasó, qué se dijo, qué se decidió. El señor de la tienda, los taxistas, la gente en la calle comenta sobre política. Eso es algo que antes no pasaba.
Antes del 2018 había apatía. Muchos decían: “¿Para qué votar si todo es lo mismo?”. La política parecía un tumor que se había extendido junto con otros males sociales, como el control de los medios. Durante décadas, la gente estuvo más entretenida con novelas, programas y distracciones que alejaban el interés de los asuntos públicos.
Ese modelo de distracción fue uno de los grandes daños al país. Se exportó un contenido vacío a otros lugares, mientras aquí se apagaba la conciencia política. Yo lo vi de niño cuando viví en Europa: la imagen de México allá estaba construida con ese tipo de programas.
Hoy la realidad es distinta. Ahora la gente sabe quiénes son los jueces, los senadores, los diputados, quién dirige el INE. Se habla de política en todos lados. Eso es algo que no tiene regreso.
Gerardo Amaro, deportista y figura pública, explicó este punto con claridad. Señaló que el mayor legado de Andrés Manuel —y ahora de la doctora Sheinbaum— es haber politizado a la sociedad. Hoy ya no nos cuentan historias tan fácilmente.
También habló del caso de Grecia Quiroz y de cómo se ha construido su imagen tras la pérdida de Carlos Manso. Su análisis plantea que la oposición, al no tener figuras fuertes, necesita fabricar personajes rápidamente para competir.
Explicó que, históricamente, los grupos de poder han creado figuras de la noche a la mañana, inflándolas mediáticamente para presentarlas como opción. Eso pasó antes y se intenta repetir ahora.
Hoy el problema para la oposición es que ya no tienen con quién competir realmente ni para el 2027 ni para el 2030. No hay personajes sólidos, con respaldo real. Los nombres que surgen no logran conectar ni generar confianza.
Por eso se entra en una etapa de desesperación. Cuando no hay candidatos fuertes, comienzan los movimientos apresurados, las campañas forzadas, los intentos de imponer figuras que no terminan de cuajar.
El caso de Uruapan, Michoacán, se vuelve especialmente sensible por el contexto histórico del estado. Es una zona marcada por años de conflictos y decisiones políticas muy graves. Cualquier hecho ahí tiene un peso especial.
Lo que se señala es que, tras lo ocurrido, se activó rápidamente una estructura mediática para posicionar a la esposa de Carlos Manso como figura política. Eso no es un fenómeno espontáneo, sino una construcción acelerada.
No se trata de criticar a la persona. Cualquier ciudadano tiene derecho a participar en política. El problema es la forma, la rapidez, la estrategia tan evidente con la que se intenta crear una nueva figura pública.
Al mismo tiempo, se retoman movimientos, símbolos y causas para tratar de darles fuerza, aunque ya no tengan el mismo impacto. Pero el pueblo ya no responde igual. Las marchas tienen poca convocatoria, la respuesta social es mínima.
Hoy incluso conciertos reúnen a más personas que esos actos políticos. Eso lo dice todo. Ya no basta con hacer ruido: la gente exige coherencia, trayectoria y resultados reales.
Mientras tanto, desde el gobierno se responde con silencio estratégico. No se entra al juego del enfrentamiento directo. Se deja que los hechos hablen.
La próxima concentración en el Zócalo no solo es un mensaje interno, sino también un mensaje internacional. México está marcando su posición geopolítica.
Claudia Sheinbaum anunció la creación de una supercomputadora, junto con proyectos de desarrollo tecnológico, microprocesadores, litio y energías limpias. Son pasos que apuntan a reducir la dependencia externa.
Eso es justamente lo que a otros países no les conviene: que México se vuelva autosuficiente en sectores estratégicos. Por eso hay tantas presiones externas e internas al mismo tiempo.
El análisis concluye que la oposición intenta construir con prisa lo que no logró formar durante años. Grecia Quiroz es solo una pieza más dentro de ese intento apresurado.
Hoy es un nombre, mañana será otro. Así ha pasado con muchas figuras que inflan y luego abandonan cuando ya no sirven al proyecto.
El problema es que ya no logran engañar como antes. El pueblo está más informado, más atento, más crítico. La telenovela política ya no funciona.
De aquí al 2030, la brecha entre los proyectos políticos se va a abrir todavía más. La oposición no tiene los cinco años que necesitaría para crear una figura realmente competitiva.
Del otro lado ya hay cartas fuertes, perfiles sólidos y con respaldo popular. Incluso medios opositores comienzan a reconocerlo.
Por eso, hoy más que nunca, el legado de Andrés Manuel se cumple: un país politizado, informado y menos manipulable.
