La Finca de Cantora, la emblemática propiedad de Isabel Pantoja situada en la provincia de Cádiz,
ha sido durante años su refugio personal. Este imponente cortijo andaluz, de amplias dimensiones,
ha sido testigo tanto de la calma como de las tormentas que han marcado la vida de la cantante.
A menudo escenario mediático, Cantora ha servido como escape del bullicio de los medios, ofreciendo a Isabel un espacio donde encontrar paz y serenidad.
La propiedad fue herencia de su difunto esposo, el torero Francisco Rivera, más conocido como Paquirri, quien también dejó parte de ella a su hijo, Kiko Rivera. La finca ha sido, a lo largo de los años, un tema de debate dentro del clan Pantoja. En 2017, Isabel dio un paso importante al decidir ponerla a la venta, impulsada por la necesidad de saldar sus deudas económicas y comenzar una nueva etapa. Pese a que el cortijo gaditano le ha proporcionado muchos momentos de felicidad, también ha sido el lugar donde ha buscado consuelo en los momentos más difíciles de su vida.
En agosto de 2024, el periodista Antonio Rossi anunciaba en televisión la posibilidad de que hubiese un comprador para la finca y comentaba que Kiko y Pantoja se encontraban en plenas negociaciones para conseguir cerrar la operación, ya que mientras que a Isabel le corresponde un 51% a su hijo, el 49% restante. Así, con la venta de Cantora, la cantante ha puesto el broche final a una etapa en su vida.
En principio, Cantora fue puesta a la venta por un total de 7 millones de euros; sin embargo, peritos oficiales del Estado dijeron en 2017 que la propiedad estaba valorada en un precio menor. Y es que no sería de extrañar que alguien la comprase por ese precio, pues cuenta con más de 500 hectáreas y 2000 metros construidos con muchas posibilidades y oportunidades de construcción.
El cortijo se encuentra situado en Medina Sidonia y Vejer, en la conocida ruta del toro, dentro del camino de los pueblos blancos del Sur. Allí, está dividida en varias zonas, pues tiene monte, dehesa y cultivo. En uno de los lados se encuentra una gran vivienda de dos plantas de gran tamaño. La planta baja de la casa está distribuida en varios salones y cocina, mientras que el piso de arriba se encuentra dividido en numerosos dormitorios. Toda la casa se encuentra decorada en estilo rústico.
Por otro lado, cuenta con naves industriales dedicadas a la explotación ganadera y agrícola, entre las que hay cuadras de animales. Por si la casa y las cuadras de los animales no fuese suficiente, la finca cuenta también con amplias zonas exteriores que incluyen una piscina de gran tamaño para disfrutar en la temporada de verano.
Hace tiempo, Pantoja confesaba a la revista HOLA!, que Cantora “da paz, tranquilidad, serenidad, recuerdos bonitos, me trae a Paco”. Ahora, ya no mantiene relación con ninguno de sus dos hijos, y está viviendo en una finca situada a las afueras de Madrid. Por lo que, a pesar de que durante años fue un lugar que le trajo buenos recuerdos, ahora ya parece ser una etapa cerrada.
En la finca se le ha podido ver disfrutar de su relación amorosa con el fallecido exalcalde de Marbella, Julián Muñoz. También ha disfrutado de momentos junto a su hermano, Agustín Pantoja, y a veces con sus hijos, Isa y Kiko, con quienes no atraviesan un buen momento.