La modelo Blanca Padilla se casó a finales de mayo en Menorca con un precioso vestido vaporoso y con corsé de la marca española T.ba Brides. Así fue su boda.
La modelo Blanca Padilla se casó el pasado 25 de mayo en Menorca con Alejandro García tras nueve años de relación. La pareja celebró una preciosa boda que se alargó varios días y que tuvo como epicentro el Hotel Son Vell Menorca, una bucólica ubicación (con granja incluida) en la que la naturaleza tuvo casi tanto protagonismo como los propios novios.
Para la ocasión, Blanca confió en la marca española T.ba Brides, que diseñó para ella un delicado vestido de novia vaporoso y coronado por un corsé. La modelo madrileña lo combinó con joyas de Messika y unos zapatos de tacón comedido personalizados de Roger Vivier en tono nude. En cuanto al look de belleza, eligió un moño pulido y un maquillaje natural que acentuaba su profunda mirada. ¿Lo más original de todo el look? Un ramo de novia XL creado con una planta carnívora.
Tras el look nupcial principal y más sobrio, Blanca se cambió de ropa para la fiesta y eligió un minivestido blanco de encaje de Isabel Marant, que combinó con medias del mismo color. Para este segundo look apostó por zapatos plateados tipo Mary Jane, se soltó la melena y marcó más su maquillaje apostando por ojos ahumados.
Tal y como se puede ver en las imágenes que ella misma ha compartido en su cuenta de Instagram, el lugar elegido para la celebración y la decoración también fue idílica. Los novios cortaron una tarta nupcial gigante decorada con cerezas y había ensaimadas para todos los invitados.
“Pensé que eso de ‘mi boda fue el mejor día de mi vida’ era un tanto extremo, incluso absurdo. Pero realmente este día superó con creces cualquier expectativa que pudiéramos tener”, escribió la novia en Instagram. “No puedo explicar las (muchas) emociones de tener a todas las personas que más queremos unidas por nosotros en un mismo rincón del mundo. Viviendo y disfrutando una isla tan única, Menorca, y un espacio que sostiene una magia especial y que guarda tanta historia como es Son Vell. Así pasamos este día maravilloso, y lo que más feliz me hace es poder decir que estuve presente en todo ello, que absorbimos cada instante de felicidad juntos”. Y termina: “Queríamos vivirlo todo otra vez, dar marcha atrás en el tiempo. Pero, en realidad, qué sinsentido. Ya no sería igual, y es que jamás podríamos replicar ni reproducir algo tan especial y bonito como lo de aquel día. Como esa única y primera vez que nos casamos, que estuvo llena de primeras veces en sí misma”.