La historia de Adidas, una de las marcas deportivas más reconocidas en el mundo, está llena de logros, innovación y también de secretos oscuros que muchos desconocen.Desde sus humildes comienzos en un pequeño taller en Alemania hasta convertirse en un gigante global, la marca lleva consigo una saga de conflictos familiares, alianzas polémicas y controversias éticas que han marcado su trayectoria.
Todo comenzó en la pequeña ciudad de Hersogenur, Alemania, a principios del siglo XX.
Adolf “Adi” Dasler, nacido en 1900, heredó de su padre el oficio de fabricar calzado.
Desde muy joven, Adi mostró pasión por el deporte y la innovación en el diseño de zapatillas.

Junto a su hermano Rudolf, fundaron en 1924 la empresa Gebrüder Dasler, una pequeña fábrica de calzado deportivo que inicialmente operaba en el baño de su casa.
El sueño de ambos era transformar esa modesta producción en un negocio de alcance mundial.
Adi se enfocaba en el desarrollo de productos, perfeccionando cada detalle, mientras Rudy se encargaba de la parte financiera.
La dedicación y el talento de los hermanos lograron captar la atención de atletas de élite y mejorar el rendimiento deportivo con innovaciones en calzado, lo que llevó a su participación en las Olimpiadas de 1928 en Ámsterdam.
A pesar del éxito, las diferencias personales y políticas comenzaron a surgir, especialmente con el ascenso del nazismo en Alemania.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los hermanos Dasler se vieron en lados opuestos: Rudolf se convirtió en un ferviente nazi, mientras que Adi tomó una postura más distante.
Sin embargo, ambos continuaron produciendo para el ejército alemán, fabricando botas y equipo militar.

Tras la guerra, las tensiones entre ellos aumentaron, y en 1948 llegaron a un punto de ruptura.
La disputa familiar culminó en la división de la empresa: Adi fundó Adidas, tomando su apodo y las primeras letras de su apellido, mientras Rudolf creó Puma.
La frontera física entre ambas fábricas, en el río Aurach, simbolizaba la enemistad irreconciliable que se convertiría en una de las rivalidades más famosas del deporte.
Desde sus inicios, Adidas se enfocó en la innovación tecnológica y en establecerse como una marca de vanguardia en el deporte.
La firma patrocinó a atletas en los Juegos Olímpicos y en eventos internacionales, conquistando rápidamente la confianza de deportistas y equipos de élite.
La victoria de Alemania en la Copa del Mundo de 1954, con botines diseñados por Adidas, fue un punto de inflexión que elevó la marca a un nivel global.
Por otro lado, Puma, aunque también logró cierto reconocimiento, nunca alcanzó la magnitud de Adidas.
La rivalidad entre las dos marcas se intensificó, extendiéndose incluso al fútbol, donde cada una patrocinaba equipos y jugadores en una competencia no solo deportiva, sino también comercial.
Uno de los capítulos más oscuros en la historia de Adidas está ligado a su vinculación con el régimen nazi.
Durante la guerra, la empresa fabricó calzado para soldados nazis y, según algunos informes, utilizó mano de obra forzada, incluyendo prisioneros de guerra y trabajadores en condiciones infrahumanas en sus fábricas en Alemania y en Asia en tiempos posteriores.

Además, se ha cuestionado el papel de Adidas en la producción de botas y equipo militar durante el nazismo.
Aunque Adi se distanció de las ideas políticas extremas, las conexiones con el régimen han sido objeto de controversia y críticas que persisten hasta hoy.
Rudolf Dasler falleció en 1974 debido a un cáncer de pulmón, dejando un legado de rivalidad y éxito.
Cuatro años después, en 1978, murió Adi, víctima de un infarto.
La enemistad entre los hermanos fue tan profunda que fueron enterrados en cementerios separados, en extremos opuestos del mismo cementerio.
Tras sus muertes, la marca Adidas continuó expandiéndose bajo la dirección de la familia y de nuevos líderes, incluyendo a la esposa de Adi, Kate, quien en los años 70 tomó las riendas y diversificó la marca hacia otros deportes y segmentos culturales, como el fútbol, el skate y el fitness.
A pesar de su éxito, Adidas no ha estado exento de polémicas en tiempos recientes.
La compañía ha sido denunciada por emplear mano de obra infantil y condiciones laborales inhumanas en fábricas en países como Vietnam y China.
Estas denuncias, que resurgen periódicamente, generan dudas sobre las prácticas éticas de una marca que se ha convertido en símbolo de moda y deporte a nivel mundial.

Asimismo, en 2017 y 2019, Adidas fue acusada de colaborar con organizaciones que apoyan el lavado de dinero y de pagar sobornos para asegurar contratos con eventos deportivos internacionales, incluyendo los Juegos Olímpicos.
Estas historias empañan la imagen de una compañía que, aunque innovadora, también ha estado envuelta en prácticas cuestionables.
En 1988, las hijas de Adi Dasler vendieron sus acciones, dejando la empresa en manos de grandes corporaciones.
Sin embargo, la marca sigue siendo un símbolo de innovación, estilo y tradición deportiva.
La historia de Adidas es, en esencia, una mezcla de talento, ambición y contradicciones humanas.
La rivalidad entre Adidas y Puma, nacida de una disputa familiar, no solo definió el destino de dos empresas, sino que también dejó una huella en la cultura deportiva mundial.
La marca continúa siendo un referente, pero su historia también nos recuerda que el éxito a menudo conlleva un precio, y que en la búsqueda de la gloria, a veces se pierden valores y vínculos familiares irrecuperables.