No solo Penélope es idéntica a Donatella en la nueva serie sobre Versace: los vestidos también lo son. Y cuentan la historia detrás de la relación amor-odio entre los dos hermanos
Una vez más, todo empieza en Vogue. Estamos en 1993 y la revista celebra 100 años de vida en la Gala del MET. Gianni y Donatella Versace aparecen en la alfombra roja y todas las cámaras van hacia ella: luce un vestido bondage con corsé, falda asimétrica y un montón de cintas de cuero rodeando su cuello. La colección de otoño de ese año tiene varias piezas que remiten a esa idea del S&M y el cuero como elemento lúbrico. La hermana del genio pasa, en ese momento, de ser una secundaria a ver nacer su propio personaje. Dentro y fuera del estudio de diseño, además, porque Versace está enfermo y ella tendrá que tomar las riendas poco después de aquello.
The Assassination of Gianni Versace/FX
La creación de ese vestido aparece en el capítulo 7 de El asesinato de Gianni Versace, la segunda temporada de la serie American Crime Story que se ha convertido ya en la serie del año. En la nuestra, víctimas felices de la moda, desde luego. Después de una discusión, Gianni está pensando en un vestido para su hermana cuando de repente se saca el cinturón y lo coloca alrededor de su cuello. Ella no quiere ir excesiva (qué cosas); él le dice que por una vez ella será la estrella. Penélope Cruz recrea a la perfección ese despertar de Donatella, un momento icónico para la historia de la moda y que prendió la chispa de todo lo que vendría después.
Cordon Press
Las responsables de vestuario de El asesinato de Gianni Versace son Lou Eyrich y Allison Leach que se centraron, precisamente, en la silueta de Penélope para crear a una Donatella de cadera mínima y ajustada. Y en ese vestido. Según cuenta Eyrich, “era un vestido tan icónico que pensamos que tenía que ser el vestido que contara la historia de cómo ella se convirtió en una celebridad “. Lo más difícil de recrear un Versace -porque la propia marca no ha participado en la serie y tampoco en el vestuario- fue “ajustar todas las cintas del cuello de manera correcta”. Era un vestido clave pero no sencillo.
Conde Nast Archive
El capítulo 2 de la serie, que se emitirá este mismo domingo, viajará hasta 1997, quizá el año en el que ese vestido de Donatella (y de Penélope, por extensión, que casi son la misma persona) y el poder con el que llenó a la diseñadora explotaron definitivamente. La escena clave muestra de nuevo a los dos hermanos discutiendo por el devenir de la casa. Años antes, esa colección bondage acaparó portadas y críticas ( algunas no positivas, como la de nuestra Suzy Menkes) pero no funcionó en las tiendas… ¿cómo podía una mujer ponerse eso fuera de la alfombra roja? Donatella, cinco años después, seguía pensando en que la moda era ya otra cosa distinta a la fantasía barroca de Gianni.
Penélope Cruz mantiene una conversación con Edgar Ramírez en el backstage del que sería el último desfile que el diseñador presentaría en vida, el de Alta Costura de ese año, en el Ritz de París. Y hablan. Ella quería adentrarse en la moda que entonces comenzaba a surgir con fuerza como tendencia, la relacionada con el heroin-chic, con las modelos delgadas y pálidas, con John Galliano y Alexander McQueen. Él no, para nada. “Quiero que al menos parezcan que han comido”, dirá en la serie, “quiero que parezca que se ríen, que bailan, que hacen el amor”. Penélope, dura, le dice: “una vez fuiste el futuro”. “Y en qué momento me convertí en pasado”, replica él.
En la escena que se podrá ver el domingo, Penélope aparece ya vestida como la Donatella que conocemos (top de escote asimétrico, cinturón dorado con grecas y leones, pantalón de pata de elefante) y con una actitud más dura. Hace salir a todas las modelos del fitting y le dice a su hermano que ahora ya nadie habla de él. “La moda sale primero del corazón, después les pides a las famosas que la lleven”, replica. “La gente dice ‘Versace es genial, un maestro, pero ya lo conozco desde hace 10 años'”, sigue ella. Mientras el diseñador le contesta, ella se gira y se maquilla frente al espejo. El resultado final fue un desfile ‘doble’ para el que Eyrich y Leach diseñaron 8 réplicas que salen en el capítulo: “vestidos negros y maquillaje extremo en las salidas ideadas por Donatella, rosas, amarillos y rojos para Gianni”, explican. El último desfile de él, el primero de ella y de Versace tal y como lo conocemos hoy.
Cortesía de Atresmedia
Durante esa conversación en backstage, Gianni sujeta un vestido plateado en la mano que, finalmente, sería llevado por Naomi Campbell para cerrar el desfile. Un peculiar vestido de novia con cruces bizantinas, “no una novia virgen, una novia Versace, refinada y fuerte”, como la describió el propio Gianni. Ese desfile ocurrió nueve días antes de que Andrew Cunanan disparara a Gianni dos veces (una en el cuello, una en la frente) en la puerta de su casa de Miami. Un poco antes presentó su última propuesta de prêt-à-porter, la de la colección de hombre, con un desfile-performance ideado por el coreógrafo Maurice Béjard basado en la idea de un hombre asesinado por una mujer. La propia Naomi apareció en el desfile con una pistola. Primero sale a escena y dispara al aire, después dispara de nuevo al frente. El destino casi siempre tiene reservadas extrañas coincidencias para que nosotros podamos crear mitos.