Penélope, caracterizada como Donatella de joven, y Donatella. | CORDON PRESS

Penélope Cruz se suma de forma velada, sin palabras pero con hechos, a la controversia protagonizada por la casa Versace ante el inminente estreno el próximo 17 de enero de American Crime Story, la serie sobre el asesinato del patriarca Gianni que no ha gustado nada de nada al clan.

La actriz de Alcobendas no acudió vestida de la casa de modas italiana a la gala de los Globos de Oro, ni tampoco a la presentación del biopic en el que interpreta a su, hasta ahora, amiga íntima Donatella, la rubísima y estiradísima hermana del diseñador. Sin duda, se trata de una actitud muy extraña en ella porque Versace suele ser una de las etiquetas favoritas de la chica Almodóvar y sorprende mucho que no la escoja precisamente en estas dos citas en las que la marca cobra tanto protagonismo.

Penélope se enfundó un modelo de encaje negro firmado por Ralph and Russo la noche de los premios más importantes de Hollywood tras los Oscar, y otro de Stella McCartney de color burdeos y de corte sirena con escote en ‘balconette’ para asistir al primer visionado de la que se presume una de las teleseries de la temporada. Una reacción que suena a prohibición expresa por parte de Versace a la estilista de Penélope, Cristina Ehrlich, de que no vista a la española de la enseña durante la promoción de la serie en un gesto más de desaprobación de la misma.

Hay que recordar que Penélope ha escogido a Versace en fechas muy señaladas, como los Oscar de 2007, cuando fue nominada a Mejor Actriz por su interpretación de Raimunda en Volver, cuando se plantó un traje palabra de honor rosa muy celebrado. También se ha puesto otros vestidos de la firma en otras ocasiones importantes, como en la gala de los Premios Goya, en los BAFTA, etc.

Penélope, vestida de Stella McCartney en el estreno de la serie de Versace

Pues bien, coincidiendo con este hecho tan chocante en esta industria en la que la imagen está tan milimétricamente estudiada, Versace emitía un comunicado incendiario ante la presentación de American Crime Story: “La familia Versace no ha autorizado ni participado en la próxima serie de televisión sobre la muerte del Sr. Gianni Versace, que sólo debe considerarse como una obra de ficción. La productora de la serie afirma que está basada en un libro de Maureen Orth, [Vulgar Favours], lleno de chismes y especulaciones. Orth nunca recibió información de los Versace y no tiene ninguna base para hacer afirmaciones sobre la vida íntima de Gianni Versace u otros miembros de la familia. Es más, en su esfuerzo por crear una historia sensacionalista, presenta rumores de segunda mano que están llenos de contradicciones.

Por ejemplo, Orth habla de la situación médica de Gianni Versace basándose en en el testimonio ilegal de una persona que afirma haber revisado el resultado de una prueba post mortem. Con estas espeluznantes afirmaciones, la autora ignora la información contraria proporcionada por los miembros de la familia Versace, que vivió y trabajó estrechamente con Gianni y que estaba en la mejor posición para conocer los hechos de su vida.

Gianni Versace fue un hombre valiente y honesto, que participó en el trabajo humanitario en beneficio de los demás. De todas las representaciones posibles de su vida y legado, es triste y que los productores hayan elegido presentar la versión distorsionada y falsa creada por Maureen Orth. La familia de Versace no emitirá más comentarios sobre el asunto”.

No tiene pinta, pero podría tratarse este mal rollo de una estrategia de marketing de FX, el canal estadounidense donde se emitirá la serie, escrita y producida por Ryan Murphy, autor de éxitos como The People vs. O.J. Simpson. Hay que reconocer que todo esto contribuye a generar aún más expectación ante el estreno de esta historia -ficcionada, de acuerdo- protagonizada por Penélope en el papel de Donatella, Edgar Ramírez en el de Gianni y Ricky Martin en el de Antonio D’Amico, pareja del modista que por supuesto tampoco aprueba la serie.

Todo esto recuerdo a aquella vez que Nicole Kidman interpretó a Grace Kelly y la familia real monegasca se puso como una fiera días antes del estreno (cuando la vio, claro, antes no se pronunció).