Las diseñadoras de vestuario, el peluquero y la maquilladora de Cruz desvelan los secretos de su increíble transformación.
Penélope Cruz caracterizada de Donatella Versace en ACS: The Assassination of Gianni Versace.
Uno de los mayores placeres de ver una de las series de Ryan Murphy –de las “basadas en un hecho real”, al menos– es poder contemplar la exactitud con la que sus actores se convierten físicamente en los personajes que interpretan. En El pueblo contra O.J. Simpson, un puñado de pelucas impecablemente despeinadas transformaron a Sarah Paulson en Marcia Clark. En Feud, unas cejas de perfecta definición y una cuidadosa pincelada de eyeliner hicieron que Jessica Lange fuese indistinguible de Joan Crawford. Y en American Crime Story: the Assassination of Gianni Versace, ** Penélope Cruz** ha conseguido una de las transformaciones más drásticas, al convertirse en su amiga Donatella Versace.
¿Cuánto pelo y cuánto maquillaje hacen falta para una proeza así? Y, ya que estamos, ¿cómo han conseguido ese labio superior carnoso? Hemos hablado con el equipo de peluquería, maquillaje y vestuario de la serie para averiguarlo.
EL VESTUARIO
El equipo de vestuario de Versace tuvo que trabajar a velocidad de vértigo debido a los límites de producción, y aun así su trabajo captura a la perfección la “era Versace”, tanto en el mundo de la alta costura como el grunge de la calle, a través de las historias paralelas del asesino de Versace, Andrew Cunanan (Darren Criss ) . No es una hazaña menor, teniendo en cuenta que no han contado con la colaboración de Versace.
A la hora de capturar el look icónico de Donatella, las diseñadoras de vestuario Lou Eyrich y ** Allison Leach** empezaron con lo básico: con esa minúscula cintura, en concreto.
“Siempre he pensado que una gran parte de la silueta de Donatella viene del corsé, de conseguir esa ciuntura tan estructurada”, nos cuenta Eyrich. “Ese look de cintura minúscula, más el bodycon… Y Penélope tiene una figura impresionante también, así que conseguir esa misma silueta era fácil. Una vez que Ana y Massimo le ponían el maquillaje y la peluca, la transformación de Penélope era mágica”. Las dos diseñadoras estaban emocionadas –y nerviosas– al tener la oportunidad de recrear uno de los looks más distintivos de Donatella, el vestido bondage que llevó a la Gala del Met de 1996. Para Leach, esa recreación fue “tan emocionante como angustiosa”.
“Es un vestido tan icónico, y tenía su propio hueco en el guion. Debía ser ese vestido para contar la historia de su propia ascensión al estrellato”, prosigue Leach. “Ya desde el punto de vista de la construcción y los materiales, hablamos de un precioso vestido de cuero que debía encajar perfectamente : con todos esos ángulos diferentes en el cuello y esa falda que tenía que crear la hilera correcta”. Ese vestido, según Leach, fue uno de los mayores desafios de la serie, pero también una de las mayores satisfacciones.
Otro de los aspectos interesantes (para la serie) de Donatella es cómo cambió su apariencia tras la muerte de su hermano. Cada departamento hizo su propia contribución a ese esfuerzo. En lo que respecta al vestuario, se trataba de mantener el tono sombrío. Aunque Leach y su equipo mantuvieron todo ajustado –y por supuesto de disieño– también evitaron los escotes pronunciados y taparon un poquito más a Cruz en las escenas posasesinato. “Pensé que ella se sentiría, bueno, un poco más segura dentro de esas capas”, explica Leach. “Y, ya sabes, siempre va a haber elementos de joyería y complementos, pero a veces los rebajábamos un poco para darle un tono más apropiado a la escena”.
EL RoSTRO
Quizá el mayor desafío a la hora de convertir a Cruz en Versace fue la transformación de su cara. Un esfuerzo liderado por la artista de maquillaje de Cruz, Ana Lozano.
Lozano cuenta que Cruz y ella llevaron a cabo muchas pruebas de maquillaje en España, antes de subirse al avión para emprender esta producción. Juntas, fueron recorriendo fotos de los distintos looks de Donatella, calibrando la sombra y el contorno de ojos para conseguir el equilibrio correcto. Y si usted se pregunta qué es lo que hace que el labio superior de Penélope aparezca tan carnoso e hinchado, la respuesta es más obvia de lo que parece: se hace con un instrumento literalmente llamado “Hinchador” [plumper].
“Es como una especie de prótesis dental para hacer que los labios luzcan más grandes”, cuenta Lozano. El efecto da a Cruz un rostro ligeramente diferente. “Penelope ya tiene buenos labios de por sí”, aclara Lozano. Pero en la vida real tienen una forma distinta a los de la mujer a la que interpreta. Lozano también utilizó contouring para definir aún más los labios de Cruz, así como para alterar ligeramente el resto de sus rasgos y acercala más a Donatella.
Lozano también intentó usar prótesis para las cejas de Cruz, pero al final resultó más sencillo y natural decolorarlas y darles una forma más fina. Y por fin llegaron los ojos, esos smokey eyes tan tiznados. Y que, como indica Lozano, han cambiado de forma con las décadas. En los noventa, tenían una forma más redonda, en vez de ese aire felino que se ha hecho popular en nuestro días.
Al igual que el equipo de vestuario, Lozano se aseguró de que la Donatella de Cruz cambiase físicamente tras la muerte de su hermano. Le dio más palidez a su piel y alteró su maquillaje para hacerlo un poco menos perfecto , “lo justo para dar la impresión de una persona que llora y que no duerme”, explica Lozano, que de paso añade que a ella le encanta el aspecto que tiene Cruz con el maquillaje un poco tocado, que “da más importancia a su aspecto”) . Para las escenas rodadas tras la muerte de Gianni, Lozano también maquilló de forma más agresiva a Cruz, usando el contouring para que sus rasgos pareciesen hundirse un poco.
ESE PELO
El estilista de Cruz, Massimo Gattabrussi, también empezó a preparar a la actriz en Madrid antes de lanzarse a las pelucas definitivas para la serie. El estilista recuerda que se quedó mudo durante unos segundos cuando Cruz lo lamó para este proyecto. Hasta que se apoderó de él la emoción ante el reto que tenía por delante y entendió que aquello “iba a ser genial”. Para acostumbrarse mejor al pasado de este icono de la moda, Gattabrussi se hizo con un libro de fotos que Donatella Versace editó en 2016.
Gattabrussi y Cruz probaron colores, estilos y calidades capilares con unos nueve prototipos para asegurarse de que conseguían el equilibrio correcto entre todas las características. El estilista ha sido colaborador durante mucho tiempo del histórico estudio italiano Rocchetti-Rome, algo que le permite participar directamente en la fabricación y la finalización de las pelucas. Algo que, asegura, es muy importante para él debido a su gran conocimiento de las características físicas y gestuales de Penélope. Al final, consiguieron rebajar la decisión a solo tres piezas, y todas terminaron apareciendo en la serie: dos con flequillo, una dorada y otra platino, y la tercera sin flequillo, con más longitud para crear el efecto de que llevaba extensiones. Según Gattabrussi, él busca “siempre una línea entre la realidad y la ficción”
¿Y cuál fue su contribución para esa Donatella consumida por la pena tras la muerte de su hermano? Ahí es donde entra esa tercera peluca sin flequillo. El año 1997, dice, era un “año triste para representar”. Además de preparar la peluca para que encajase en las tendencias de la época –un cabello más largo, con más peso, sin flequillo–, Gattabrussi afirma haber “prestado atención a detalles como unas raíces oscuras más largas”. Así, según él, la peluca ofrece una imagen más realista, y rebaja ligeramente ese “relámpago platino” que siempre se ha asociado con la poderosa e icónica imagen de Donatella Versace.