Isabel Pantoja puso este jueves, 26 de diciembre, el broche de oro a 2024 con un nuevo concierto de su gira 50 aniversario, celebrado en el marco del festival Christmas Starlite.
La tonadillera repasó su repertorio de éxitos más icónicos y desbordó arte al interpretar un variado repertorio de villancicos navideños, acompañada por una tradicional zambomba de Jerez de la Frontera y de su hermano Juan Pantoja.
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Aunque la tonadillera no logró reunir más que al 30% del público esperado -Isabel apenas vendió 2.500 entradas de 7.000 disponibles-,
los asistentes se entregaron al son de su voz y carisma, mostrando entusiasmo ovacionándola en cada interpretación. Especialmente en los momentos en que Isabel recurrió a su habitual práctica de cambiar la letra de sus canciones para lanzar mensajes a sus hijos, Kiko Rivera e Isa Pantoja, con quienes no mantiene ninguna relación.
“Yo los veo cuando cierro mis pestañas”, “yo los llamo sin llamar”, fueron algunas de las frases que Isabel dedicó, aparentemente, a sus hijos durante la interpretación de Quisiera decir no.
Además, durante el concierto, Isabel Pantoja envió un mensaje especial a su sobrina Anabel, que acaba de convertirse en mamá primeriza fruto de su relación con David Rodríguez. Aunque la influencer suele acompañar a su tía a los conciertos, en esta ocasión ha permanecido en Canarias, volcada completamente en el cuidado de su hija y optando por pasar la Navidad en la isla. “Vamos a hacer el baile de mi Ana, mi Anabel, un besito amor mío, y para la niña, que te quiero amor mío, la más guapa del mundo. La coreografía es de ella así que se la vamos a dedicar todo el público presente”, dijo Isabel al son de la canción Garlochí, zanjando con ello cualquier rumor de distanciamiento entre ambas.
Tampoco faltó el recuerdo a la madre de la cantante. Isabel dedicó una actuación a todas la madres y, en especial, a la suya, fallecida en septiembre de 2021. “Esta sí se la voy a dedicar a todas las madres del mundo, a todas, se la voy a dedicar a la mía que tanto la extraño y tanta falta me hace”, dijo.
Para la primera parte del concierto, la tonadillera se enfundó en un vestido de gala en un tono plata muy suave, con un diseño asimétrico que incluía una elegante capa de gasa a juego con la falda y un original escote tridimensional adornado con brillos y delicados bordados. En la segunda parte, la tonadillera lució un llamativo traje fucsia con volantes, mangas largas abullonadas y detalles metalizados en dorado, inspirado en la estética zíngara.
Dos conjuntos únicos que decidió lucir por primera vez en su último concierto del año, un evento especialmente significativo por su temática navideña.