Difícilmente la cantante neoyorquina y el protagonista de ‘Deep Water’ olvidarán este día. Mucho menos 2024, sin duda uno de sus años más complicados en el que han tenido que hacer frente no solo a su complejo proceso de separación, también al constante escrutinio público y a ver cómo los medios narraban prácticamente minuto a minuto su crisis y posterior ruptura.

Fue el pasado 6 de enero cuando la mediática expareja llegó a un acuerdo de divorcio y se conocieron los detalles de su disolución. Según el portal estadounidense ‘TMZ’, fue un proceso amistoso y sin inconvenientes en la repartición de bienes. Cada uno acordó quedarse con lo que adquirió individualmente durante sus dos años de matrimonio y ninguno deberá pagar manutención conyugal. En el acuerdo también se indica que ‘la diva del Bronx’ recuperará su apellido de soltera, aunque cabe recordar que ya lo había pedido ante el tribunal el pasado verano.

Ahora que su relación sentimental queda atrás, cada uno pretende seguir con sus vidas por separado. Así lo ha confesado la escritora Loren Ridinger, una de las mejores amigas de JLo, a ‘Us Weekly’ para promocionar su libro ‘Scrambled or Sunny-Side Up?’. “Me di cuenta de que ella es tan fuerte como siempre y simplemente una potencia“, ha explicado al citado medio. Una fuente cercana también ha aseverado al diario que JLo “está empezando a sentirse como ella misma nuevamente” y que “se está enfocando en su felicidad y en ser una madre excepcional“.

Aunque, ahora que parecía ver la luz al final del túnel, la cantante ha recibido un nuevo revés que podría significar un paso atrás en su carrera como actriz. Ha sido nominada a Peor Actriz en los Premios Golden Raspberry (Razzie), conocidos como los ‘Anti-Oscars’, un reconocimiento que premia a las peores películas del año, por su interpretación en ‘Atlas’.

Jennifer Lopez en una imagen de archivo. | Cordon Press