Sin duda alguna, nadie esperaba una reconciliación entre Alma Bollo y sus primos,
Kiko Rivera e Isa Pantoja, y el vaticinio se cumplió ayer sábado durante el bautizo de Miguel,
el hijo de Alma y nieto de Raquel Bollo. Tal y como cuenta La Razón, ni el DJ ni la colaboradora televisiva asistieron al evento familiar,
demostrando que las desavenencias entre ellos siguen vigentes.
Tampoco estuvo Anabel Pantoja, prima de la feliz mamá, quien argumentó que no podía viajar desde Canarias con su bebé recién nacido. Ellos, por su ausencia, han sido los protagonistas de un evento familiar que ha quedado ciertamente desangelado.
Sí acudieron la abuela Raquel y el hermano de Alma, Manuel, que actuó como padrino de su sobrina en un día tan entrañable. Y su amiga Amor Romeira, que acaba de finalizar su trabajo en el musical The Hole.
Naturalmente, la ausencia más sonada fue la de Isabel Pantoja, que actualmente no mantiene la menor relación con Raquel y su familia. La tonadillera está alejada de todo el mundo, de sus hijos, de la familia Bollo Pantoja, incluso de su sobrina Anabel, con la que parece que no tiene la buena relación de antaño. Está más sola que nunca.
Tal y como relata el citado periódico, estas van a ser unas Navidades alejadas de las fiestas de antaño en Cantora, cuando se juntaban allí los familiares y amigos de la artista. De aquello, apenas queda un simple recuerdo. Isabel ha ido dejando “cadáveres” por el camino, amigos de toda la vida que ya no lo son, a sus propios hijos… no se ha salvado ninguno.
Y, concluye La Razón, la Pantoja es una persona solitaria, a la que tan solo arropan su hermano Agustín Pantoja y alguna amiga anónima. Su soberbia le ha jugado una mala pasada. Y son pocos los que se le acercan buscando amistad.