El hijo de Isabel Pantoja, Kiko Rivera,
ha dejado al mundo boquiabierto con su brutal sinceridad al revelar los detalles más oscuros de su pasado. De consumir 10 gramos de cocaína al día a perder 8 millones de euros en apenas dos años,
el famoso DJ ha compartido su desgarradora historia de lucha contra la adicción y cómo logró salir adelante,
convirtiéndose en un ejemplo de resiliencia y superación.
Durante una entrevista de tres horas y media con Jordi Wild en su conocido podcast The Wild Project, Kiko se abrió como nunca antes. Confesó cómo el éxito temprano, el dinero fácil y las malas decisiones lo llevaron a tocar fondo: “Podría haber muerto en una de mis noches locas”. Ahora, años después, su testimonio inspira a quienes enfrentan problemas similares.
Una vida marcada por el exceso: drogas, fiestas y ruina
El relato de Kiko Rivera es una montaña rusa emocional. Con tan solo 19 años, se independizó en un piso de lujo en Sanchinarro, pero el precio de la libertad fue demasiado alto. “Me convertí en el Kiko Rivera fiestero, en ese que todo el mundo conoce (…) No tenía problemas económicos, pero tenía problemas peores. El vicio en todo su máximo esplendor”, confesó. En su peor etapa, Kiko reveló que llegó a consumir hasta 10 gramos de cocaína al día, un hábito que lo llevó al borde de la muerte. Pero las drogas no solo le costaron su salud; también destrozaron su economía. El DJ admitió haber gastado ocho millones de euros en apenas dos años, dilapidando una fortuna que muchos tardan toda una vida en construir.
Irene Rosales: el ángel de la guarda detrás del cambio
A pesar de los altibajos, Kiko asegura que su transformación no habría sido posible sin su esposa, Irene Rosales, a quien considera su salvadora. “Mi mujer es mi ángel de la guarda. Cada día la quiero más. Ella me ha salvado”, declaró con emoción. Hoy en día, Kiko Rivera es un hombre completamente diferente. En un emotivo post de Instagram, el DJ compartió su reflexión más honesta: “Pues bien, hoy en día ese tipo ya no existe. Decidió hacer el cambio definitivo y pasar a llevar una vida más saludable y convertirse en mejor padre y marido. Dejar atrás la mala vida, el alcohol y las drogas. Tratamiento psicológico tan necesario. Ser más responsable en mí día a día y en mi trabajo”.
Con una actitud renovada y metas claras, Kiko Rivera asegura que, aunque no ha recuperado todo el dinero que perdió, ha ganado algo mucho más valioso: calidad de vida. “A lo mejor no soy la persona que le pueda enseñar a mis hijos qué camino deben elegir en sus vidas, pero lo que sí sé es cuál no deben de escoger”, afirmó en un poderoso mensaje de Año Nuevo. El artista ha comenzado el 2025 con un propósito firme: ser una mejor versión de sí mismo y demostrar que siempre es posible cambiar. Kiko Rivera ha renacido, y su ejemplo es un faro de esperanza para quienes buscan salir de las adicciones y construir una vida mejor. Como él mismo dice: “Nunca dejes de creer en ti”.