“Lady Polanco”, quiénes fueron las primeras Ladies en México y dónde están ahora | VIDEO
Aquí comenzó todo lo que después sería una forma de exponer actitudes prepotentes a través de las redes sociales
En el vasto universo de las redes sociales mexicanas, ciertos nombres y apodos se arraigan en la memoria colectiva, transformándose en símbolos de fenómenos sociales amplios. Tal es el caso de “Lady Polanco“, un sobrenombre que catapultó a la exconcursante de Big Brother, Azalia Ojeda Díaz, al centro de una polémica que, hace más de una década, expuso las tensiones latentes entre el privilegio y el comportamiento público en México.
El origen de este apodo se remonta a agosto de 2011, cuando un video se viralizó, mostrando a Azalia Ojeda y a María Vanessa Polo Cajica (ex-Nuestra Belleza Puebla) en un altercado con agentes de policía en la exclusiva zona de Polanco. Las imágenes eran claras: ambas mujeres se comportaron de forma agresiva verbal y físicamente, usando lenguaje altisonante, exhibiendo una notoria actitud de prepotencia, además de superioridad.
El incidente, donde se negaron a cooperar con las autoridades y las desafiaron con comentarios despectivos, generó una ola de indignación que se convirtió en un potente símbolo del clasismo, de abuso de poder. “Lady Polanco” no fue solo un apodo para Azalia; se volvió un término popular para describir a cualquier persona que, amparada en una supuesta posición de privilegio, mostrara actitudes similares.
¿Qué son las Ladies y Lords?
Este suceso marcó el inicio de un fenómeno digital que aún persiste en México: el de las “Ladies” y “Lords“. Estos apodos, acompañados a menudo por un lugar o una característica del incidente (como “Lady Chedraui”, “Lord Ferrari”, etc.), son acuñados por los usuarios de redes sociales para señalar y condenar públicamente a individuos que protagonizan actos de prepotencia, clasismo, corrupción o conductas éticamente reprobables.
La inmediatez y el alcance de plataformas como X (anteriormente Twitter) o Facebook permiten que videos e imágenes de estos incidentes se difundan masivamente, convirtiendo a los protagonistas en “celebridades infames” y en el blanco de un “linchamiento digital” casi instantáneo.

Más allá del escarnio, el fenómeno de las “Ladies” y “Lords” abrió un espacio crucial para la discusión sobre las profundas desigualdades sociales y el clasismo que permean la sociedad mexicana. Exhibe cómo ciertas personas, por su estatus percibido, creen tener derecho a evadir normas o a tratar con desprecio a otros, especialmente a aquellos en posiciones de servicio o autoridad.
En este contexto, Azalia Ojeda, la original “Lady Polanco“, se mantiene como un recordatorio persistente de la delgada línea entre la privacidad y la exposición pública en la era digital, así como del poder de las redes sociales para denunciar o para amplificar la indignación social.